Apuntes Apresurados y Mal Hilvanados de una Despedida Inovidable...

Anoche me quedé hasta tarde escuchando
parte de la música que le gustaba a Pedro Pablo.

Hay algo muy singular y misteroso en la música,
que revela aspectos muy sutiles de la sensibilidad
del auditor, de sus preferencias, gustos y estilo de vida.

Vi algunas grabaciones,
improvisadas en vivo 
de un Dave Brubeck ya mayor,
y se produjo una sintonía muy fina.

'Time Out', el legendario álbum
que contiene la famosa 'Take Five' de Brubeck,
salió a la luz, en el año en que entrábamos al colegio.

Todo va hilvanándose de una forma muy sutil,
hasta conformar el tapiz de la vida misma,
cuyos motivos y patronos sólo alcanzamos 
a vislumbrar liando cabos sueltos
mientras lo contemplamos por el revés.

No voy a dar detalles sobre lo muy pertinente
que dijo el sacerdote, tanto en la misa de responso
como en el Parque del Recuerdo, ni tampoco
lo que dijeron sus amigos, aunque sí queda
la emoción, en particular al escuchar 
a Mario Rengifo y su emotivo discurso
en el que dejó constancia de alguna 
muy divertida y simpática anécdota
santodominguina que incluía al chico Claro.

Ahora veo una imagen de tercera preparatoria ("B"),
que aparece en nuestro anuario,
en que ambos amigos Aldunate y Rengifo,
aparecen lado a lado, en lo más alto del podio, en el año 1961.

Camino desde el estacionamiento
del Parque del Recuerdo
al lugar en que partiría la comitiva
hasta el lugar donde se realizarían
las exequias, pasamos, providencialmente 
junto a la lápida de nuestra tan querida comadre, 
María Paula Boettiger Ponce de Verdaguer
y no pude evitar estampar un beso 
sobre su tumba en recuerdo
de esta maravillosa e  inolvidable amiga,
la compañera incomparable de nuestro cumpa Feña.

El último intercambio que tuve
con Pedro Pablo, 
fue un correo electrónico
titulado «Dylan uncovers Sinatra»,
que este inolvidable amigo
contestó con su calidez habitual
y cuyo contenido, ahora supe,
lo compartió con algunos amigos cercanos.

Rafita como siempre usted tan generoso 
que nos manda estas maravillas

Un gran abrazo
PP

Puede cambiar mi casilla a

Pensaba en eso y en tantas cosas más
escuchando al trío de cuerdas interpretar «My Way» 
mientras contemplaba unas hermosas
rosas blancas que descendían con el  féretro…

Después, todo cubierto de flores,
se escuchaban las cuerdas que
'cantaban'  el «Hallelujah» de Leon Cohen.

Pensaba en la vez que Pedro Pablo
estuvo con Isabel en nuestra casa,
escuchando al querido amigo
y talentosísimo Sergio Valenzuela al piano
quien se paseó en el piano caseo
por  varios clásicos desde Bach a Gershwin…

Después me viene a la memoria
un almuerzo en Lo Orozco,
y la variedad de una conversación
cálida, interesante y muy entretenida.

La biblioteca, del lugar, incluía nada menos
que las Obras Completas de Alfonso Reyes,
el connotado escritor -ensayista, narrador,
poeta- aparte de diplomático y abogado
y a quien Gabriela Mistral postuló para
Premio Nobel de Literatura, pocos años
después de que ella misma lo recibiera.

No deben ser muchos los que poseen
dicho tesoro bibliográfico.

Veía, más tarde, 
a uno de los esplendidos caballos 
de Pedro Pablo, girar en torno a él, 
mientras lo adiestraba con paciencia
y cuidado, en tanto la luz del sol,
bajaba hasta ocultarse tras los cerros
que separan dichos terrenos
con la Reserva Nacional Lago Peñuelas.

Volviendo al Parque del Recuerdo
Daba la impresión de que nadie quería irse,
y las cuerdas tampoco que tocaban el Ave María.

A la distancia parecía un relajado paseo campestre,
una reunión de amigos, con mucha paz, 
sin ser una ocasión particularmente festiva,
sino más bien un encuentro pleno 
de sentimientos profundos y contenidos.

Como bonus, 
estuvo el reencuentro con tantos
amigos y compañeros de colegio,
que es difícil reunir, tras tanto tiempo,
45 años nada menos, desde la diáspora.

No obstante encontrarnos
a mitad de semana,
a media mañana de un día hábil,
después de Semana Santa
-la Octava de Pascua-
con todos con muchas cosas por hacer,
igual acudieron una treintena de ellos,
que pudieron zafar y no quisieron faltar
a la despedida de Pedro Pablo,
ya sea en la parroquia de San Juan Apóstol
en Jacques Cazotte, y/o en el Parque del Recuerdo.

Cada vez que vamos a dicho camposanto,
nos percatamos la cantidad de familiares
y amigos cuyos restos se encuentran allí,
partiendo por nuestros padres,
así como también algunos de nuestros 
compañeros de colegio, como
Ricardo Villaseca, Cristián Mardones,
Jorge Edwards y Andrés Elton,
aparte de Pedro Pablo.

Consignamos un listado (tal vez incompleto
de los que pudieron llegar, estoy cierto
que muchos que quisieron hacerlo,
no lo lograron, los cuales ciertamente
deberían agregarse a este listado):

Manuel José Ariztía
Andrés Claro
Arturo Costabal
Vicente De la Fuente
Juan Carlos Fantuzzi
Juan Guillermo Fuentes
Mario Fuenzalida
Pablo Fuenzalida
Jorge Goldenberg
Javier González
Aníbal Huneeus
Iván Irarrázaval
Gerardo Larraín 
Felipe Lira 
Ignacio Mena
Felipe Montes
Eduardo Mitjans
Alberto Munita
Luis Alfredo Ossa
Víctor Ossa
Máximo Pacheco
Augusto Pérez
Mario Rengifo
Hugo Risopatrón
Carlos Tironi
Fernando Verdaguer
Juan Eduardo Valdés
León Vial
José Manuel Zañartu
y el que suscribe estas imperfectas
y muy incompletas líneas.

No consignamos a georgians de otras generaciones
de los cuales alcanzamos a reconocer al menos
a otros cinco más…

Preciosas conversaciones quedan flotando en el aire.
Una vida plena de sentido y también de aventuras
y de iniciativas impensadas como las que emprendió
hasta el final.

Basta recordar que Pedro Pablo organizó
el primer enduro ecuestre internacional en Torres del Paine.

Sólo a alguien como él se lo podía, no sólo ocurrir,
sino que llevar a cabo dicha maravilla.

No olvidemos a su familia y amigos
y oremos mucho por él
y por sus inolvidables padres 
y seres queridos que ya han partido.

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