Cuando una mañana
la lengua materna
se nos desprenda
para siempre de la boca,
dejándonos
definitivamente mudos.
Quedará suspendido
en un punto específico
algo parecido al silencio
y, tal vez, alguna cámara
intente captar lo que quede
de dicha resaca
atrincherada en el tiempo.
La naturaleza de dicho gesto
-junto con el más completo abandono-
navegarán ahora
en su propia versión de la nostalgia;
náufragos, a la deriva,
como ejemplares únicos
de una marca
que se extinguió
sin número de serie...
[Texto compuesto utilizando tipografías,
tipologías, topologías y otros plagios descarados
tomados de Morábito, Vio, Harris,
Sommer, Merino, Gumucio y el Inconsciente]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS