JULIO POBLETE, 

¡Más incertidumbre!

Cuando todos están preocupados por el estancamiento económico, con proyecciones a la baja y anuncios gubernamentales de mayores recursos para la reactivación,  sorprende un instructivo del Ministerio de la Vivienda (Minvu) que genera nuevas incertidumbres para el desarrollo de nuestra ciudades.

Hace un tiempo entró en vigencia una nueva ley que permite “reservar” en forma indefinida los terrenos necesarios para las nuevas vías de circulación urbana, sus ensanches y también las reservas para parques y plazas. En su momento aplaudimos el regreso de esta herramienta, indispensable para la efectiva planificación de la ciudad, sin embargo, haciendo mención que nuevamente se dejaba fuera un mecanismo de compensación para todos aquellos “afectados” por estas reservas, que poco podrán hacer en el intertanto hasta que se hagan efectivas las expropiaciones por parte del Estado.

Como lo dijimos, se cometía la misma omisión que cuando se les fijó fecha de caducidad a las reservas viales y de áreas verdes el 2004.

Dada la complejidad de la reciente ley, el Minvu ha emitido instructivos para aclarar sus alcances y aplicabilidad, en especial en lo que se refiere a que las reservas de terrenos que se habían “extinguido”, esta ley las “revive”. En su más reciente aclaración, el Minvu indica que se respetarán los “derechos adquiridos” (permisos de edificación y anteproyectos aprobados) en los terrenos donde “haya revivido alguna reserva de terreno”, pero acto seguido dice que la propiedad quedará igualmente afecta a expropiación. En otras palabras, aun cuando un inmobiliario pueda construir un edificio porque contaba con el permiso respectivo, todos esos departamentos estarán afectados a que el Estado o el municipio, sin previo aviso, les pueda expropiar los bienes dada la “resurrección” de la calle que se proyectaba en ese lugar.

¿Qué pasa con las personas que compraron su departamento en un terreno que por efecto de esta ley ahora quedará nuevamente afectado a ser expropiado? ¿Qué pasa con aquellos que esperan poder cambiarse a su casa nueva y que ignoran que una futura calle pasa por su jardín? ¿Qué pasa con las personas que obtuvieron un crédito hipotecario, y que ahora tendrán que seguir pagando a pesar de que saben que su casa o departamento no podrán vendérsela a nadie sino sólo esperar ser expropiados? ¿Qué pasa con el financiamiento de los proyectos inmobiliarios, que habitualmente hipotecan los terrenos para obtener los préstamos de construcción, ya que ahora dicho terreno -afecto a expropiación- no será aceptado por los bancos como garantía? Muchos de los proyectos aprobados se verán obligados a bajar la cortina, porque “de facto”, la nueva legislación les pone una lápida antes de ser realidad.

Reitero mi apoyo a la herramienta de la planificación de las vías y espacios verdes de la ciudad, sin embargo, cuestiono la forma como se está reinstaurando. Más simple y justo hubiese sido decir que se expropiarían y pagarían en el mismo acto, todos los proyectos con derechos adquiridos, sin enredarse en aplicaciones discrecionales. Es fundamental tener un marco cierto y equitativo en derechos y cargas, que nos permita seguir avanzando como país.