¿Por qué publicar las obras completas de Joseph Ratzinger?


19 Tomos | 135 libros y 1.375 artículos:
por P. Samuel Fernández
Facultad de Teología 
Pontificia Universidad Católica de Chile

La Biblioteca de Autores Cristianos, BAC, 
emprendió la tarea de traducir 
las obras completas del Papa Emérito. 

A inicios de la semana, 
en conjunto con la Facultad de Teología 
de la Pontificia Universidad Católica 
y con la presencia del rector, 
fueron presentados en Santiago 
los cuatro primeros tomos en castellano.  

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¿Por qué publicar las obras de Joseph Ratzinger? 

Los motivos más inmediatos 
para publicar estos escritos 
están a la vista: 
el catálogo de estas obras, Das Werk, 
preparado por V. Pfnür y un grupo 
de sus discípulos, registra 135 libros 
y 1.375 artículos entre prédicas, 
presentaciones de libros, etc. 

Se trata de textos de gran valor, 
que se encuentran dispersos 
en diferentes lugares, formatos e idiomas. 

Ubicar, clasificar, a veces transcribir 
(de algunas conferencias solo se conservaba 
una grabación), ordenar y, finalmente, 
publicar estos valiosos textos, en lengua alemana, 
es ya una labor admirable, que fue iniciada 
por Gerhard Ludwig Müller en el año 2008. 

La obra completa está proyectada, 
en alemán, en 16 volúmenes, de los cuales 
ya se han publicado nueve. 

La Biblioteca de Autores Cristianos, 
más conocida como la BAC, 
emprendió la tarea de traducir esta colección, 
y a inicios de esta semana, en conjunto 
con la Facultad de Teología 
de la Universidad Católica, 
y con la presencia del rector, 
fueron presentados en Santiago, 
los cuatro primeros tomos 
de las Obras Completas 
de Joseph Ratzinger, en castellano.

¿Qué motiva este gran esfuerzo editorial? 

La mera preocupación 
por la conservación histórica de la obra 
de un teólogo no llega a justificar 
el enorme trabajo de publicar 
y traducir estos imponentes volúmenes. 

¿Cuáles son los motivos de fondo? 

Posiblemente, dejando atrás 
los motivos más inmediatos, 
la relevancia de la obra de Joseph Ratzinger 
radica en el hecho de que, desde Dios, 
como teólogo y pastor, ofrece un camino 
para comprender la propia existencia humana. 

Decir que la teología es importante 
para la vida cristiana es, tal vez, 
demasiado obvio; lo nuevo aparece 
cuando surge la convicción 
de que la teología es importante 
para la vida humana. 

Uno de estos 1.375 artículos 
permite verificar esta afirmación. 

Se trata de un escrito que lleva como título 
"Sobre el concepto de persona en Teología", 
publicado originalmente en Münster en 1966. 

Sin abundar 
en los detalles históricos, 
Joseph Ratzinger muestra 
que el concepto  de "persona", 
tal como se entiende en Occidente, 
tiene su origen en los datos 
de la revelación  bíblica, 
interpretados por los pensadores 
cristianos de los primeros siglos.

El punto de arranque 
de la reflexión cristiana es Jesús mismo. 

En los evangelios, 
Jesús se define a sí mismo 
como "el enviado", es decir, 
clarifica su identidad 
por su relación con el Padre 
que lo envía y con nosotros, 
los destinatarios del envío. 

Esta simple constatación pone en crisis 
el pensamiento dominante del mundo griego, 
que consideraba que las cosas son lo que son 
en ellas mismas, y que accidentalmente 
entran en relación, es decir, que clasificaba 
la relación entre las realidades accidentales. 

Esta novedad de la vida histórica 
de Jesús de Nazaret estimuló 
a los pensadores cristianos 
de los primeros siglos. 

No se puede comprender a Cristo 
considerando sólo lo que él es, 
independiente de los demás (lo sustancial), 
ni tampoco se puede afirmar 
que lo propio de Cristo sea algo adjetivo 
(lo accidental); es necesario reconocer 
una honda novedad: lo relacional. 

Una tentación del pensamiento humano 
consiste en suprimir la novedad, 
porque lo novedoso produce inseguridad; 
bastaba afirmar que Cristo 
era una excepción para que su realidad 
dejara de ser relevante para nosotros. 

Pero una aparente "excepción a la regla" 
es, en realidad, un síntoma de que 
el pensamiento humano ha tropezado 
con los límites de sus propios esquemas. 

Aquello que "no calza" 
con nuestro esquema mental 
es una invitación a reajustar, 
ampliar, corregir, etc., 
nuestras categorías de pensamiento. 

La novedad que ofrece la realidad 
exige renovar los "casilleros" mentales 
que usamos para pensar.

Cristo no aparece como una "excepción", 
sino como la invitación a abrir nuevos horizontes 
a la comprensión del ser humano. 

La teología ya no debe ser comprendida, 
entonces, como un discurso cerrado acerca de Dios, 
sino como una clave que se ofrece 
para poder comprendernos a nosotros mismos. 

Si Cristo es verdaderamente hombre 
y su identidad está dada por sus relaciones, 
entonces, el ser humano ya no se puede 
comprender encerrado en sí mismo, 
como si sus relaciones fueran 
algo posterior, secundario y accidental. 

Ya no puedo pensar que 
"yo soy lo que soy, 
independiente de los demás", 
sino que debo reconocer 
que mi propia identidad 
se constituye en relación, 
o mejor, en la donación a los demás. 

A una pregunta tan fundamental 
como ¿quién es el otro para mí?, 
se ofrece un camino de respuesta: 
no es mi adversario, ni mi competidor, 
sino aquel ante quien me constituyo como persona. 

La vinculación 
no amenaza a mi identidad, 
sino que la actualiza. 

Ahora bien, si nosotros, tal como Jesús, 
nos constituimos por nuestras relaciones, 
entonces nuestra identidad más honda 
la encontramos en la relación fundante, 
es decir, en nuestra relación con el Padre. 

Si Jesús se define como "el Hijo", 
es decir, por su relación al Padre, 
entonces, para el ser humano, 
ser "hijo" ya no es un defecto, 
sino su propia condición 
y su identidad más profunda.

La pregunta por Dios, entonces, 
no solo ofrece una contribución 
al pensamiento cristiano, 
sino también humano. 

Desde Dios se descubre quiénes somos. 

Por ello mismo, 
el primer volumen en ser publicado, 
tanto en alemán como en castellano, 
por expresa voluntad del Papa Benedicto, 
ha sido el tomo IX, dedicado a la liturgia, 
para destacar de esta manera la prioridad de Dios.

Un teólogo asequible

La teología de Joseph Ratzinger 
es un ejercicio crítico, 
porque para llegar 
a los elementos fundamentales 
del evangelio, se hace necesario 
desmontar muchas ideas, 
tan falsas como frecuentes, 
acerca de Dios, de la Iglesia, 
del hombre, del juicio, del mundo, etc., 
que en muchas ocasiones han oscurecido 
y siguen oscureciendo la comprensión del mundo, 
del hombre y de Dios, con consecuencias 
tan negativas para la existencia humana. 

Las páginas de este gran teólogo 
penetran cuestiones difíciles 
con un lenguaje sencillo 
(para comprobar la sencillez de Ratzinger, 
como dijo el director de la BAC, 
basta leer algunas páginas 
de Rahner o de Balthasar, 
otros dos grandes del siglo XX). 

Esta claridad del lenguaje 
está motivada por la preocupación pastoral 
de un profesor que nunca dejó de ser pastor 
y que llegó a ser Papa. 

La vicisitudes del itinerario biográfico 
de Joseph Ratzinger permiten comprender 
la variada naturaleza de su obra: 
muchos textos provienen de su actividad académica, 
como profesor de Teología, ya sea dirigidos 
a los especialistas o al mundo más amplio 
de los estudiantes universitarios; 
otros son importantes borradores redactados por él,
como asesor teológico, para ser propuestos 
al Concilio Vaticano II por su obispo, 
el cardenal Josef Frings; 
algunos escritos son la transcripción 
de conferencias radiales, 
que buscaban difundir la teología conciliar 
a un público muy amplio; también se cuentan 
muchas prédicas, que reflejan sus insistencias 
pastorales, como obispo; otros, finalmente, 
son conferencias pronunciadas como prefecto 
de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 
que deben ser leídas teniendo en cuenta 
los diferentes contextos, a veces polémicos, 
en que se ubican. 

Por otra parte, la colección contiene obras 
tan conocidas como Introducción al Cristianismo 
o como su célebre Jesús de Nazaret 
(ambos en una nueva traducción española), 
hasta textos que se publican por primera vez 
en español o algunos inéditos, incluso en alemán. 

Cada uno de los escritos reunidos 
en las Obras Completas de Joseph Ratzinger 
es una invitación a aceptar el desafío de pensar, 
de ir más allá de los eslóganes que se repiten, 
para tomar una postura propia y responsable. 

En definitiva, estos textos ofrecen 
un camino para pensar la propia existencia, 
individual y social, a la luz de Dios Padre, 
que ha sido revelado en el rostro 
de Jesús de Nazaret.

 Orden de la publicación de los 16 volúmenes:

La colección comprende los siguientes volúmenes, 
ordenados por temas: 

vol. I , Pueblo y casa de Dios 
         en la eclesiología de san Agustín; 

vol. II, Comprensión de la revelación 
         y teología de la historia de san Buenaventura; 

vol. III , El Dios de la fe y el Dios 
           de los filósofos; 

vol. IV , Introducción al cristianismo; 

vol. V , Origen y destino del hombre; 

vol. VI 1/2 , Jesús de Nazaret - Cristología; 

vol.VII 1/2 , Teología del Concilio; 

vol. VIII 1/2 , Iglesia. Signo entre los pueblos; 

vol. IX , Revelación - Escritura - Tradición; 

vol. X , Resurrección y vida eterna; 

vol. XI , Teología de la liturgia; 

vol. XII , Predicadores de la palabra 
           y servidores de vuestra alegría; 

vol. XIII , En diálogo con nuestro tiempo; 

vol. XIV , Homilías para el año litúrgico; 

vol. XV , Mi vida; 

vol. XVI , Bibliografía e índices.

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