¿Por qué el Gobierno presenta proyectos tan malos? (mal concebidos y mal intencionados)‏

Síndrome de Estocolmo en Educación

"El proyecto del Gobierno que pretende terminar con el lucro en la educación prohibiendo que sociedades comerciales administren colegios, que entrega al Ministerio de Educación la tarea de seleccionar los alumnos que pueden ser admitidos en un establecimiento particular subvencionado..."


Algunos están felices porque la Cámara de Diputados no aprobó que los dueños de los colegios particulares fueran a la cárcel por lucrar. Es una buena señal; esto se puede arreglar en el Senado, comentaron por ahí.

Así estamos en este país de la Nueva Mediocridad. Y luego algunos se extrañan, porque la economía no anda bien: cárcel para los que lucran. ¿Puede concebirse algo más insensato que la idea de meter a la cárcel a quien pretende ganar dinero? ¿Existirá una medida peor que esa para lograr que un país salga del estancamiento económico que estamos viviendo?

Claro, está bien que no se haya aprobado la delirante indicación de cárcel para los que lucran. ¡Pero no podemos conformarnos con eso! 

El proyecto del Gobierno que pretende terminar con el lucro en la educación prohibiendo que sociedades comerciales administren colegios, que entrega al Ministerio de Educación la tarea de seleccionar los alumnos que pueden ser admitidos en un establecimiento particular subvencionado, y que prohíbe a los padres y apoderados de los niños que asisten a colegios con financiamiento compartido aportar dinero para mejorar la calidad de la educación de sus hijos provocará el colapso de la educación particular subvencionada en Chile, donde se educa la mayoría de nuestros niños.

Es un proyecto insanablemente malo.

No tiene arreglo, está equivocado en sus tres objetivos y además en los instrumentos que el Ejecutivo eligió para lograrlos.

¿Cómo podría arreglarse entonces en el Senado?

Creo que los políticos de la centroderecha y también los de la Nueva Mayoría que dicen que quieren que continúe existiendo educación particular subvencionada deben dejar de hacerse los lesos. No puede haber provisión privada de educación si se prohíbe que quienes invierten importantes sumas para impartirla puedan obtener una legítima retribución por ello. Lo demás es música, subsistirán algunas fundaciones ligadas a credos religiosos y nada más.

No se puede estar a favor de la educación privada y contra el lucro. Eso es falsedad ideológica.

No existirá libertad de educación si los padres no pueden elegir el colegio para sus hijos sino que deben someterse a un proceso en que una tómbola determinará el colegio en el que pueden matricularse de acuerdo a los parámetros fijados por el Estado.

No se puede estar a favor de las libertades de enseñanza y educación y contra la selección.

No habrá mejorías visibles y prontas en la calidad de la educación si se impide a los padres contribuir con su aporte en dinero a lograr más altos estándares en la enseñanza que reciben sus hijos.

No se puede estar a favor de mejorar la calidad de la educación y prohibir que fluyan más recursos a los colegios vía financiamiento compartido aportado por los padres.

¿Por qué entonces el Gobierno presenta un proyecto tan malo?

Porque su objetivo no es mejorar la calidad de la educación, que es lo que Chile necesita, sino satisfacer las demandas del movimiento estudiantil y sus consignas ideológicas de no al lucro, la selección y el financiamiento compartido. Y eso requiere, inevitablemente, terminar con la educación particular subvencionada. No está en el discurso oficial, pero sí en los exabruptos del ministro Eyzaguirre: la frase sobre quitarles los patines a los que van más rápido no admite equívocos.

Porque el objetivo general de este gobierno de la Nueva Mayoría es incrementar el poder del Estado y sus representantes (ellos) en desmedro de la voluntad soberana de los ciudadanos. Y para lograrlo no trepidarán en realizar sus reformas en educación, salud, tributaria, constitucional, laboral, siempre teniendo en la mira el aumento del poder del Gobierno. No importa lo que suceda con la economía, la educación, la salud o los empleos. 

Por eso no podemos conformarnos con que los emprendedores de la educación no vayan presos. Es un logro demasiado modesto, solo explicable en quien está atrapado por el verdadero secuestro de nuestras voluntades que la Nueva Mayoría pretende consumar. Por eso debemos oponernos con fuerza a este proyecto. 

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