LeBron James vuelve a casa‏

MARCELO SIMONETTI, DIARIO LA TERCERA, LUNES 13 DE OCTUBRE DE 2014HTTP://VOCES.LATERCERA.COM/2014/10/13/MARCELO-SIMONETTI/VOLVER-A-CASA/lebron james

Volver a casa



La NBA debe ser uno de los espectáculos deportivos más vibrantes del planeta. La danza de millones, la intensidad de los juegos, los estadios atiborrados de fanáticos, los jugadores elevados a la categoría de leyendas hacen de la liga norteamericana un circo apasionante.
Y como en todo circo hay historias que desbordan lo estrictamente deportivo. En esa vena, el caso de LeBron James ofrece particularidades que bien podrían dar para una novela de Eduardo Sacheri -habría que situar la historia en una liga perdida en medio de la pampa argentina- o una película dirigida por Clint Eastwood.
LeBron creció en un barrio del noreste de Ohio y pronto abrazó el básquetbol como quien abraza al primer amor. No demoró en hacerse un nombre -lo avalaban sus más de dos metros de altura; también el talento de sus manos- y así, con solo 18 años, fue adquirido en el Draft de la NBA por los Cleveland Cavaliers (Ohio). Un par de meses le bastó para demostrar su valía: en el año del debut fue elegido como el mejor rookie. 
La espectacularidad en el juego de LeBron desató una LeBronmanía que llegó a su clímax en su cuarta temporada, cuando llevó a los Cavaliers a disputar su primera final de la NBA. El delirio fue mayor.Sin embargo, los de Cleveland no tuvieron demasiado que hacer. San Antonio Spurs los barrió.
Con todo, la idolatría no amainó y aunque los Cavaliers no pudieron repetir una campaña como esa, sabían que con LeBron en la cancha era cosa de esperar.
El idilio terminó en 2010, una vez que LeBron informó que ficharía por Miami Heat. Entonces, el amor se convirtió en odio. Lo acusaron de traidor, quemaron su camiseta, y Dan Gilbert, el dueño de los Cavaliers, escribió una carta pública donde lo sindicaba como el culpable de que su club no conquistara la NBA. Gilbert, además, aseguraba que la ganarían antes de que lo hiciera LeBron y aventuraba que se llevaría “la maldición con él al sur. Y hasta que no haga lo correcto por Cleveland y Ohio, James y la ciudad donde juegue serán, desafortunadamente, poseedores del castigo y el mal karma”.
La maldición no prosperó. Cavs no consiguió ganar el torneo; mientras que LeBron James y Miami Heat celebraron en dos ocasiones la conquista de la NBA.
Pero ahora LeBron está de vuelta en Cleveland y en una carta publicada por Sports Illustrated explica el por qué. La misiva comienza así: “Antes de que a nadie le importara dónde jugaría al baloncesto, era un chico del noreste de Ohio. Es donde caminé. Es donde corrí. Es donde lloré. Es donde sangré. Tiene un lugar muy especial en mi corazón. Su gente me ha visto crecer. A veces siento que soy su hijo. Su pasión puede ser abrumadora. Pero me impulsa.Quiero darles esperanza ahora que puedo. Mi relación con el noreste de Ohio es más grande que el baloncesto. No me di cuenta de ello hace cuatro años. Lo hago ahora”.
En los siguientes párrafos, abandona el personaje arrogante del queha hecho gala para convertirse en otro hombre, uno más sabio y profundo que regresa a la patria de sus afectos a devolver todo lo que en su momento le dieron.
Dice que se fue de Cleveland buscando campeonatos y ahora que ha conseguido dos no tiene sentido seguir en Miami, sobre todo entendiendo que “nuestra ciudad no ha tenido esa sensación en mucho, mucho tiempo. (…) Lo más importante para mí es traer un trofeo al noreste de Ohio (…) Acá nada te regalan. Debes trabajar para obtenerlo. Estoy listo para aceptar el reto. Regreso a casa”.
Como LeBron, todos regresaremos a casa algún día. Ojalá podamos mantener en la boca el sabor de la esperanza de algo mejor.

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