La pregunta es: Televisión cultural ¿con o sin sesgo ideológico

ÓSCAR REYES, Familia viendo Televisor Plasma

Televisión cultural


La reciente aplicación de la normativa para la transmisión de cuatro horas de programación cultural que comenzó a regir el 01 de octubre pasado -contenida en la Ley de Televisión Digital- ya refleja las primeras señales de un cambio esperanzador en la parrilla programática de los canales de televisión. Hemos notado un esfuerzo por parte de la industria televisiva para programar las dos de las cuatro horas que le exige la ley entre los días lunes y viernes en horario de alta audiencia (que rige desde las 18:30 hasta las 00:00 horas), con apuestas novedosas y creativas.
En el último estudio estadístico de Oferta y Consumo de la TV Abierta de 2013 realizado por el CNTV, se observa que del total de la programación exhibida durante el año pasado sólo un 1,8% corresponde a programas con contenido cultural y la cual se concentra principalmente durante el fin de semana.
Hoy estamos frente a un cambio importante en el escenario de la cultura en televisión y que claramente hay que darle tiempo para que vayamos viendo frutos en la pantalla. Así como hoy estamos frente a tantas reformas estructurales en el país, la normativa que obliga a los canales a programar cuatro horas de cultura pasa a ser una gran reforma dentro de la industria televisiva y que apunta a una televisión de calidad en beneficio de las audiencias.
La ciudadanía está cada día más exigente, crítica y analítica frente a los contenidos en televisión. Las encuestas del CNTV a lo largo del tiempo reflejan la demanda ciudadana por cultura y diversidad en televisión. Programas que hablen de nuestra historia, nuestra identidad, nuestra memoria reciente y pasada, que sean entretenidos, innovadores y acordes a los tiempos actuales. A la hora de preguntar por las razones de insatisfacción con la televisión -según la Séptima Encuesta Nacional de Televisión del CNTV- aparece la poca programación cultural en la pantalla abierta.
Chile cuenta actualmente con una industria audiovisual de calidad. A través del Fondo del Consejo Nacional de Televisión vemos año a año cientos de programas provenientes de la producción audiovisual independiente que podrían estar en pantalla y que no alcanzamos a financiar.
El Estado también juega un rol clave en la reforma de la cultura en televisión. Los recursos con los que cuenta el Fondo CNTV para fomentar la producción de programas de calidad son aún insuficientes.
Para el 2015, el gobierno de la Presidenta Bachelet ya comprometió un incremento de un 20% de este fondo y esperamos que vaya en aumento para poder satisfacer la demanda de programación de calidad que manifiestan las audiencias. Que día a día veamos más programas como “Los 80”, “31 Minutos”, “El Reemplazante”, “Los Archivos del Cardenal”, “¿Con qué sueñas?”, “Violeta”, “Niño Rojo”, entre tantos otros.
Para contribuir con esta gran reforma a la televisión se requieren a todos los actores involucrados en el desarrollo de esta industria. No sólo el Estado, sino que también auspiciadores, canales, productores y telespectadores. Este último, sin duda, un actor fundamental para lograr una mejor televisión.
La calidad de los contenidos televisivos constituye un bien de primera necesidad social. La experiencia nos ha demostrado que calidad y altas audiencias son perfectamente compatiblesy así lo hemos visto también con los estrenos de las últimas semanas.

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