- Por Mohamed El-Erian, asesor económico jefe de Allianz¿Serán las tensiones en Hong Kong la gota que rebalsará el vaso de la economía global? La pregunta está en las mentes de muchos inversionistas mientras observan la respuesta del gobierno chino a uno de los mayores desafíos sociopolíticos que ha enfrentado en años recientes. La respuesta es compleja.Este ya era de por sí un momento incierto para la economía mundial. El crecimiento está tambaleando en Europa y Japón. La economía estadounidense, pese a que está mejor, aún no despega.
- Las economías emergentes se han desacelerado, y es poco probable que vuelvan a un crecimiento más alto pronto. Entretanto, los bolsones de tomas excesivas de riesgo se han multiplicado en los mercados financieros, sumándose a los temores por la volatilidad futura.
Y los bancos centrales en los países avanzados ya se han aventurado bastante en el terreno de la experimentación; la efectividad de sus políticas no está asegurada. El mundo no puede permitirse una desaceleración por factores políticos en China.Algunos son rápidos en recurrir a la historia para descartar un impacto económico duradero, a nivel doméstico y global, de las protestas en Hong Kong. Apuntan acertadamente a la repetida habilidad del gobierno chino para aplastar las protestas internas, y sin alterar la trayectoria de crecimiento del país.Para ellos, es sólo una cosa de tiempo hasta que la desobediencia civil actual en el centro de Hong Kong se disipe.Sin embargo, esta visión ignora dos aristas históricas más recientes.Primero, la combinación de Internet, medios sociales y una mejor movilidad facilita coordinar y mantener las protestas, al tiempo que refuerza la confianza de los individuos en cumplir sus aspiraciones. Los resultados de las acciones colectivas consiguientes se vuelven mucho más difíciles de predecir.Segundo, China ha estado comprometida en la delicada tarea de reformular su modelo de crecimiento. Esto incluye reducir su dependencia de fuentes de demanda externas y de una inversión estatal excesiva generada por el crédito, y aumentar los motores de crecimiento, inversión, consumo y prosperidad con más raíces domésticas.Esto no quiere decir que la estabilidad del gobierno esté hoy en peligro debido a los movimientos de protestas y que una contracción económica en China esté a punto de enviar olas de shock al resto de la economía mundial.De hecho, es probable que el gobierno chino prevalezca sobre el movimiento de “Occupy Central” en Hong Kong.Pero al hacerlo, probablemente se incline a ralentizar temporalmente ciertas reformas económicas, buscando en cambio obtener más crecimiento del viejo y cada vez más exhausto modelo, tal como respondió el gobierno de Brasil a las protestas previas al Mundial, hace unos meses.Y aunque esto sea parte de una estrategia política más amplia para apaciguar las tensiones y evitar un shock inmediato al crecimiento en China y en la economía global, socavará la vitalidad económica de largo plazo de ambas.
▼
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS