¿Le sirve a Chile estar en el Consejo de Seguridad de la ONU?

Nuestro país lo presidirá en febrero:


Acusado por su inacción ante los grandes conflictos mundiales, el organismo internacional también divide los análisis internos: mientras algunos especialistas sostienen que ser parte no solo es inútil sino que acarrea nuevos problemas, otros advierten ventajas, por ejemplo, para nombrar jueces en La Haya.  

Matías Bakit R. 

El Consejo de Seguridad de la ONU -el ente encargado de la seguridad y la paz mundial- ha tenido abundantes temas de preocupación en los últimos meses.
Durante este lapso, los ojos del planeta han estado puestos en situaciones tan dramáticas como los cientos de víctimas que han fallecido por el conflicto entre Israel y Hamas, en la Franja de Gaza, o la crisis en Ucrania, que recientemente cobró la vida de 298 pasajeros y tripulantes del vuelo 17 de Malaysia Airlines.
Ante tanta tragedia, sin embargo, el Consejo, más allá de debatir con intensidad, poco ha podido hacer.
La razón no es novedad. Hace años que expertos de todo el mundo coinciden en que la entidad no cumple con su función, debido, principalmente, al poder de veto que tienen los cinco miembros permanentes -Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China-, los que terminan anulando cualquier medida que afecte sus intereses o los de sus aliados.
Una muestra del estancamiento es la que entrega el último informe que la Dirección de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados elaboró para los parlamentarios sobre el trabajo del Consejo de Seguridad. En él se constata que en 12 de los 14 temas tratados en julio por la entidad, esta simplemente decidió "no tomar acción".
Ante ese panorama, ahora que Chile es de nuevo parte de este grupo, como miembro no permanente, la pregunta es inevitable: ¿cuáles son los pros y los contras de estar ahí?
Los riesgos de tomar posición
Entre quienes cuestionan la importancia del Consejo de Seguridad, varios consideran que la presencia de Chile en la entidad no tiene efectos prácticos, debido a que todos los procesos son controlados por los "cinco grandes", que no permiten que el resto de los países participen de los temas importantes.
El problema es que esa falta de incidencia real no evita que los países de menor poder se vean igualmente obligados a tomar posiciones claras en materias conflictivas, generando reacciones de todo tipo. De hecho, es normal que tras la definición de un país en un tema complejo, su Presidente reciba luego las visitas de varios embajadores para quejarse.
Otros expertos consultados por "El Mercurio" son más críticos aún y estiman que algunas decisiones tomadas por Chile le restarán simpatías dentro del Consejo de Seguridad. En específico, se comenta que la predilección por el vecindario -y el Mercosur- del gobierno actual se contrapone con la mirada al océano Pacífico que tienen algunos de los países más poderosos del mundo.
Asimismo, algunos piensan que el haber llamado a informar al embajador en Israel, en vez de agotar las instancias para lograr una resolución dentro del mismo Consejo para el tema, puede generar rechazo.
Doble voto para La Haya
Otros, como el analista José Rodríguez Elizondo, si bien reconocen los problemas que conlleva la estructura del Consejo, consideran que este "tiene el discreto encanto del roce. Equivale a un doctorado en realismo político y habilita para tener contactos conspicuos que nunca están de más, sobre todo, cuando se tienen conflictos vigentes".
En la misma línea opina el embajador Luis Winter, quien cree que "Chile depende de la seguridad. Es un país cuyas fronteras están establecidas por tratados y que debe emplearse a fondo por mantener lo que tenemos desde todo punto de vista. En esta posición, tenemos la obligación de aportar".
¿Cómo se puede lograr eso? Para el embajador Pablo Cabrera, la respuesta está en "buscar convergencia con países con los que Chile desarrolla su comercio, su agenda global y tiene intereses en común".
En el pasado, ha habido naciones que, en distintos momentos, han preferido mantenerse alejadas del Consejo. Hoy, sin embargo, solo queda Cuba en esa posición. "Durante muchos años, Brasil rehusó participar para no tener que adoptar decisiones políticas que lo perjudicaban en otras áreas. Ahora postula a un cargo permanente. Lo mismo ocurre con Italia", explica el académico y escritor Jaime Lagos.
De hecho, hay temas en que los miembros no permanentes pueden ser más importantes o aprovechar su posición. Por ejemplo, cuando las potencias solicitan el voto de todos los países para tomar una decisión polémica. Así ocurrió, por ejemplo, en 2003, cuando Chile negó su apoyo a la invasión de Estados Unidos a Irak.
Otro ejemplo de esto serán las elecciones de los jueces de la Corte Internacional de Justicia. Estas se llevarán a cabo en noviembre, tanto en la Asamblea como en el Consejo (para ser elegido, se requiere mayoría en ambos). Por pertenecer al organismo, Chile tendrá ahora doble voto, uno en cada instancia.
Otro momento en el que se notará la importancia de estar en el Consejo tendrá lugar en septiembre, cuando la Presidenta Bachelet visite la Asamblea General, y goce de un status especial durante su estadía.
Finalmente, en febrero, cuando le corresponda a Chile estar en la testera del organismo, el país deberá presentar un tema específico para que sea debatido por los miembros del Consejo.
Muchas veces los temas no logran captar la atención de todos los países. Por eso, el desafío será planificar una temática contingente, que esté en los planes de todas las naciones y que logre que todos participen. Cuando eso pasa, usualmente es señal de respeto al trabajo realizado por el país responsable.
 "Tenemos un poder que emana de nuestro apego al derecho internacional"
-¿Cuál es la importancia de que Chile esté en el Consejo de Seguridad y cómo se ha manifestado eso?
-Al ser Estado miembro de Naciones Unidas, hay acceso a información privilegiada y se tiene voz y voto en asuntos de paz y seguridad de trascendencia mundial. Los países que integran el Consejo tienen el poder colectivo de enviar fuerzas militares para el mantenimiento de la paz o de imponer sanciones, incluso de carácter militar. Estar permite vislumbrar nuevas amenazas y maneras de enfrentarlas, como el cyberterrorismo.
-¿Es de interés del país mostrar liderazgo?
-Chile tiene lo que se denomina "poder blando". No somos potencia militar o económica, pero tenemos un poder o influencia que emana de nuestro apego al derecho internacional, de nuestra credibilidad, de la estabilidad de nuestras instituciones, de nuestro compromiso con los derechos humanos, de la capacidad que hemos demostrado de hacer propuestas constructivas de cooperación y desarrollo. Nuestra opinión cuenta.
-¿En qué temas ha sido importante la participación de Chile?
-A modo de ejemplo, creo que en la crisis de Irak nuestra opinión fue enormemente respetada, tanto por quienes apoyaban el uso de la fuerza contra Saddam Hussein, como por quienes se oponían a ello. En la operación de paz en Haití hemos sido un actor clave desde el inicio. Agregaría que el Secretario General de la ONU me encomendó presidir la investigación del asesinato de la ex Primera Ministra de Pakistán Benazir Bhutto.
-¿Cómo se manifestará la asociación con Brasil?
-Con Brasil llegamos a un acuerdo novedoso. Hemos incorporado a un diplomático brasileño (Thomaz Napoleao) a nuestra misión, con lo cual Brasil tiene una suerte de acceso indirecto al Consejo. A cambio, la cancillería brasileña nos proporciona información relevante a la agenda del Consejo de los países donde no tenemos embajadas residentes.
-¿Cómo se han visto, desde la perspectiva de ser miembro del Consejo, las discusiones sobre temas como Crimea y Gaza?
-Muchas de estas discusiones son muy intensas porque involucran vidas humanas. En lo de Crimea fuimos muy claros. Votamos a favor de un proyecto de resolución que mantenía la soberanía e integridad territorial de Ucrania. El proyecto recibió 13 votos a favor, incluyendo el nuestro, una abstención de China, y el veto de Rusia, por lo cual no resultó aprobado.
"Sobre Gaza, hemos sido igualmente claros, contribuyendo al consenso de las declaraciones que ha emitido en Consejo llamando a un cese del fuego inmediato e incondicional. Separadamente, hemos condenado el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel, que ha costado la vida de cientos de niños y mujeres, y condenado asimismo el lanzamiento de cohetes por parte de Hamas en contra de poblaciones civiles en Israel".
-¿Se están analizando temas para presentar al debate cuando corresponda la presidencia?
-Ya hemos conversado inicialmente con la Presidenta al respecto, pero no hay una decisión. Habrá que realizar consultas informales con los demás miembros del Consejo de Seguridad y en el momento oportuno se anunciará el tema.
-¿Qué importancia tiene estar en el Consejo para la elección de jueces de la CIJ?

-Los jueces de la Corte son elegidos tanto por el Consejo de Seguridad como por la Asamblea General. En el Consejo el candidato o candidata a juez debe obtener al menos una mayoría absoluta de los 15 votos, y en este caso no opera el veto; también se requiere mayoría absoluta en la Asamblea. Por tanto, en noviembre Chile votará dos veces.

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