La pugna por los pactos

Columnistas
Diario El Mercurio, Lunes 25 de agosto de 2014


"La discusión actual sobre los subpactos al interior de la Concertación es una gran mentira. El arreglo electoral que se plantea es producto de fríos cálculos matemáticos para hacer que los votos en manos de unos produzcan más que en manos de otros


En la Nueva Mayoría se libra una pugna sorda, y también sórdida, en torno al tema de los subpactos contenido en la reforma electoral. Los democratacristianos los rechazan. Saben que sus socios se van a alinear en contra de ellos, dejándolos en minoría. Por ese camino, el eventual subpacto PS, PPD, PC y PR, junto a otros menores, sería el ganancioso. El PDC quedaría en minoría dentro de la Concertación más PC y, por lo mismo, obtendría una proporción de parlamentarios inferior a la de su votación. El caso es que en diputados todos votaron por eliminar estos subpactos como saludo al PDC, pero anunciando de inmediato que en el Senado los repondrán, lo que constituye una bofetada en la cara a dicho partido.

Toda la discusión electoral está marcada por la gran mentira de que el sistema binominal es perverso. Se argumenta todo tipo de ejemplos para desprestigiarlo, sin explicar simultáneamente que lo que se propone en reemplazo ya existió y se prestó para hacer ingobernable el país. Incluso el sistema de pactos y subpactos contenido en el antiguo sistema proporcional tuvo que ser eliminado en aquellos lejanos años por el repudio que generó en el electorado. Así también, la discusión actual sobre los subpactos al interior de la Concertación es una gran mentira. El arreglo electoral que se plantea es producto de fríos cálculos matemáticos para hacer que los votos en manos de unos produzcan más que en manos de otros.

Y, como en los demás temas que se discuten, el coro de los más bulliciosos pretende ser el dueño de la razón por el solo hecho de ser los más vocingleros. Fuera de pista, o detrás del telón, el desafinado corrillo de la derecha refuerza las voces cantantes de la izquierda (ambas unidas nunca serán vencidas aunque el país sea demolido). También en la derecha tienen hachitas que afilar, y se miran en la calculadora que les dice con entusiasmo: sí, sí, vayan en esa parada.

Estas disputas que se basan en una gran mentira no pueden ser sino sordas y sórdidas, y contribuyen a ahondar el desprestigio de los políticos. Por este camino solo se debilita la democracia. Aunque todos dicen defenderla, es claro que priman los intereses partidistas y personales en desmedro de todos. Estas actitudes y reformas dañan las instituciones y los valores básicos del sistema político, generan un mayor distanciamiento del país real y producen un sentimiento de indefensión en el electorado. El proyecto que se discute constituye un paso significativo en la demolición institucional.

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