Acuerdo tributario

una vez más, la centroderecha chilena "celebra" una derrota colosal que tendrá graves consecuencias para el país.

En el pasado apoyó las más emblemáticas reformas exigidas por la izquierda, tales como la reforma agraria y la nacionalización del cobre. Y siempre el argumento fue que no había alternativa, porque había que evitar un mal mayor. Al final todo fue para peor.

Esta reforma tributaria costará miles de puestos de trabajo, incrementará el mal gasto del Estado, y lo peor de todo es que no mejorará la calidad de la educación. Es evidente que en un par de años se estará proponiendo subir nuevamente los impuestos. Pero lo más importante es que todo esto es el resultado de una derrota previa que se explica por la incapacidad de convencer a la población de que las ideas de una centroderecha auténticamente liberal -si es que existe algo así en Chile- son las mejores. Si se logra eso, en el futuro será la izquierda la que estará celebrando con resignación que gracias a ella "la derecha" bajó los impuestos menos de lo que pretendía originalmente, y no como ocurre hoy, en que la centroderecha "celebra" que la izquierda haya hecho al país un menor daño del que tenía planeado.

Axel Kaiser

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