Los recursos de Codelco
Codelco ha sido noticia. Lo ha sido por el pedido de renuncia que el directorio le hiciera a su presidente ejecutivo, Thomas Keller, y también por las declaraciones del nuevo presidente del directorio, Oscar Landerretche, quien ha resaltado el momento fundacional de la empresa, su misión de proporciones épicas, y la “mirada grande” que eso requiere. Ha declarado que “si nos dejamos estar, nuestra producción minera caerá pronunciadamente. Si esto ocurre, el aporte que hace Codelco al financiamiento de las políticas sociales, educativas y económicas de nuestro país también decaerá”.
Codelco es una empresa que produce bienes que se caracterizan por su carácter privado (para diferenciarlos de los bienes públicos, como la justicia o la defensa). Son bienes que generalmente producen empresas privadas que operan en mercados competitivos. No obstante, Codelco es -por motivos meramente históricos- una empresa cien por ciento estatal.
Las empresas estatales tienden a ser -como lo demuestra la evidencia empírica y lo postula la Teoría del Agente-Principal- menos eficientes que las empresas privadas operando en mercados competitivos. Es principalmente un asunto de intereses de los dueños y de incentivos para monitorear y esforzarse. Codelco es un buen ejemplo de lo anterior. A pesar de que recientemente se reformaron sus estatutos para darles estabilidad a sus órganos de gobierno, dotarlos de experticia en el rubro minero, e independizarlos de la influencia de la política partidista, poco de ello se ha producido, y la experiencia internacional sugiere que es improbable que así suceda. Los nuevos directores -personas extraordinariamente capaces en sus campos- no tienen la experticia que requiere el manejo de una empresa del tamaño y de la complejidad de Codelco. Pastelero a tus pasteles, dice el dicho popular. Es más, el actual directorio relevó de su cargo al presidente ejecutivo, que sí tiene la experticia requerida, por motivos que sugieren la captura de la empresa por parte de sus sindicatos.
Si realmente se desea que la empresa aporte el máximo de recursos para financiar gasto social, hay que asegurar que ella opere con eficiencia. Es decir, y entre otras cosas, hay que evitar a toda costa el actual grado de captura por parte de trabajadores, proveedores y el poder político partidista. Una manifestación de la mencionada captura es que se argumenta que hay que invertir US$ 25 mil millones para evitar que la producción de Codelco caiga, presumiblemente porque con tal caída disminuye dicha aprensión.
Los problemas de gobierno en la empresa se vienen arrastrando desde hace años y no desaparecerán pronto. ¿Se justifica bajo esas condiciones que el Fisco invierta esa cantidad de dinero en sus proyectos, que son de alto riesgo, en momentos en que está proponiendo una costosa reforma tributaria? ¿No sería muchísimo más sabio invitar a privados, como se ha hecho en otros países, a realizar esa inversión, a participar en el negocio y, de paso, aumentar tanto la eficiencia de Codelco como obtener los recursos que permitan reducir la recaudación exigida a la cuestionada reforma tributaria?
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