No entender que tratar de no pagar costos y ser políticamente correctos es el camino seguro a la irrelevancia aparte de claudicar sin diálogo alguno con los principios...‏

AXEL BUCHHEISTER, DIARIO LA TERCERA, DOMINGO 11 DE MAYO DE 2014HTTP://VOCES.LATERCERA.COM/2014/05/11/AXEL-BUCHHEISTER/GOBIERNO-CUESTA-ARRIBA/

Gobierno cuesta arriba

DIVERSOS hechos políticos en la semana muestran que gobernar será una tarea más cuesta arriba de lo esperado. No se trata de que el Ejecutivo esté en problemas ni nada parecido, sino que si alguien creyó que habría una gestión sin contrapeso, considerando el 62,17% de los votos que cosechó la Presidenta en las urnas, la mayoría más que absoluta que logró la Nueva Mayoría en el Congreso y el ambiente proclive a demoler todo lo que oliera al “modelo”, subestimaron la reacción de los afectados. La democracia que amenazaba con un “electro” plano y con un silbido monocorde, ha comenzado a dar signos de vitalidad. Hay quienes no están conformes.

Así, a menos de dos meses de asumir, la encuesta Adimark de abril indica que la aprobación de la Presidenta alcanza un 53%, pero el rechazo se encumbró al 32%, de 20% que fue en marzo. El gobierno, a su vez, pasó de una valoración negativa del 22% al 34% en ese período.

También está la encuesta Cadem, en que la reforma tributaria cae en aprobación de 50% al 40% en apenas cinco semanas. Un tema en que el gobierno parecía imbatible (“que paguen los ricos”) comienza a sumar detractores, porque la gente de la calle se empezó a dar cuenta de que, ya sea directa o indirectamente, también terminará pagando.Asimismo, los empresarios han comenzado a criticarla con firmeza, actitud en que el error no forzado del video jugó un papel significativo y probablemente también la percepción de que no habrá diálogo útil.

Pero, sin duda, el hecho político más notable estuvo en las palabras del embajador de los Estados Unidos. Dijo que la empresa norteamericana requiere estabilidad política y económica, y reglas del juego claras, que es lo mismo -agregó- que requieren todas las demás; y que si hay cambios, que se escuche a los afectados y haya tiempo para adaptarse, en directa alusión a cómo se están haciendo las cosas. Se supone que los embajadores no dicen algo así, pero cuando lo creen necesario, lo hacen. Juzgar que no captó el alcance de lo que decía o que se expresó mal, y que tras de ello no está una inquietud recibida de los inversionistas de su país, es mostrar poco aprecio por su oficio y capacidades. Habrá dado explicaciones -según filtró el gobierno-, pero el mensaje está pasado. Y el trasfondo es que en el extranjero no entienden que el país más exitoso de Latinoamérica pretenda echar por la borda lo que lo llevó a ese sitialy que, de paso, comience a practicar una democracia de maquinaria pesada.

No fue lo único, pues también surgieron voces firmes oponiéndose a la primera ley de la reforma educacional: el interventor de las universidades. Al leer la iniciativa legal, no se puede sino evocar un ominoso recuerdo con los todopoderosos interventores que permitieron paralizar el aparato productivo hace algo más de 40 años, con las consecuencias ya conocidas. Tan preocupante es el proyecto, que un conocido rector columnista invocó nada menos que la Constitución y el derecho de propiedad en contra de las pretensiones interventoras.

Lo lamentable fue que la oposición política de centroderecha no tuvo arte ni parte en nada de lo anterior. Parece no entender que tratar de no pagar costos y ser políticamente correcta es el camino seguro a la irrelevancia.