Esto es sólo una improvisación realizada en poco rato y probablemente sin destino‏


Ficcionario Improvisado [Antidiccionario que le lleva la contra a todo]
En el espíritu de normas idiomáticas de las malas lenguas

¡Ah mierda!: Delata sorpresa mayúscula, y no especialmente,
como pudiera pensarse,  relacionado con los externalidades
causadas por obras mayores en torno al toilette.

Ahuevonado:  Modo normal -o en automático-,
con que los chilenos solemos circular por la vida.
Particularmente a la hora de elegir a nuestras autoridades.

A la brutanteque:  Estilo de vida de algunos pueblos mediterráneos,
proclives al ocio, que gustan de concluir su trabajo en obra gruesa,
cuando no con toques pifiados, de descarada chapucería.

Buitreada o Güitreada:  Mejo no explayarse sobre 
el  'Guajardo' Vomitstar. Fonéticamente lo describe
sin entrar en detalles desagradables.

Callampín bombín: Calleuque el loro. 

Caracho: Aspecto del rostro
en el momento de despertar 
con el hachazo o resaca provocada 
por excesos de la noche anterior. 

Carajo: Face that smell like garlic.
Tiene muchas acepciones 
que tal vez sea más conveniente ejemplificar:
'No puedo vivir sin ti, cariño.
¿Y por qué vas a vivir sin mí, carajo?'
Mandar al carajo.
¿Qué habla ese carajete?
Hay expresiones más fuertes,
que en consideración con el respetable,
los vamos a obviar.

Cazuela de tuercas:  Volantín de pastelón.
Pesado, antipático, más bien insoportable,
mandón, bueno para la chuchada gratuita
y completamente excedido en su agrio carácter.

Encacharse:  Mostrarse desafiante y agresivo con su pareja, 
después de que ella se queja de lo precoz que es para finiquitar.

Empreguntar: Emprendimiento que consiste en averiguar
para qué sirve uno antes de convertirse en capital de riesgo.

Emputecerse:  Lívido en calidad de rígor mortis, 
como señal de extremo desagrado, por una causal 
que normalmente no guarda relación con la reacción evidenciada.
Normalmente este estado es seguido por una pataleta patagüina
que puede concluir con gritos, golpes, destrucción 
de la propiedad privada y/o pública + raptos criminales.

Flaiterío:  Feligresía que ha adquirido una masiva popularidad,
superando el cánon de convivencia normalmente aceptado,
-para no hablar de modales remotamente carreñístico-
terminando por ocupar visual, auditiva y olfativamente
todos los espacios, desde la calle a la parrilla programática.
[Este término ha sido puesto en cuestión,
por estimarse que contribuye a la segregación,
y se contrapone a las estrictas normas
de lo políticamente correcto].

Galucha:  Batalla campal que se desencadena en la galería,
independientemente de lo que esté ocurriendo en el campo de juego.

Merecumbé:  Merequetengue. Baile tropical con mucho movimiento
de caderas y diversas salientes de la carrocería, que puede llegar
alcanzar niveles tórridos más allá de la pista de baile.

¡Mish!: Especie de contracción de la expresión ¡Mira tú! 
Denotando sorpresa, o más bien la transición
desde la sorpresa a la ponderación del hecho.

Pasión de multitudes:  Batalla campal desatada ante
la ausencia de la justicia divina en las lides futbolísticas.

Pasquín:  Diarucho que se financia apelando 
a la curiosidad inagotable de los lectores
acompañada por su sed insaciable
por el cahuín y la difamación, 
sazonado con modismos chuscos y vivaces
con que acompañan el tandeo de todos los temas:
desde políticos a faranduleros y sentimentales 
+ last but not least, de crónica roja.

Quiltróberman: Variante brava de un quilterrier.

Viejo Pascuero:  Su origen sería San Nicolás,
hasta que las leyendas nórdicas, y sobre todo
la Coca-Cola se apropiaron de él.
Está muy desvirtuado, debido al
exceso de información que circula por la red.
La evolución de un ser humano estándar
a lo largo de su vida, puede ser visualizada
a través de este parámetro: primero
se cree en el viejo pascuero;
después se deja de creer en él;
a continuación uno pasa a ser el viejo pascuero
para finalmente parecerse físicamente a él.

Wiscacho:  Bebestible de diverso grado alcohólico
obtenido del destilado de malta fermentada
de cereales como la cebada, el trigo, el centeno y el maíz.
Su origen proviene del norte de las islas británicas. 
El término whisky o whiskey deriva del gaélico escocés
"uisge beatha" y del gaélico irlandés "uisce beathadh",
que significan "agua bendita".
Tal vez por ello, se ha descrito la trayectoria
del bebedor de whisky: primero, cuando no sabe,
lo bebe con agua, después sin agua,
y finalmente... como agua.

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