Sobre retroexcavadoras y demoliciones‏



Vídeos de YouTube
FRANCISCO DÍAZ, DIARIO LA TERCERA, JUEVES 3 DE ABRIL DE 2014HTTP://VOCES.LATERCERA.COM/2014/04/03/FRANCISCO-DIAZ/SOBRE-RETROEXCAVADORAS-Y-DEMOLICIONES/mall

Hace pocos días, la CBS transmitió una nota llamada “Una especie en extinción: el mall norteamericano”. En aquel reportaje se mostraba el caso del mall Woodville, en la ciudad de Toledo (Ohio, Estados Unidos) que había sido recientemente cerrado y estaba en fase de demolición. A través de este caso, que representaba a muchos otros a lo largo de ese país, estaría llegando a su fin la historia heroica de ese modelo comercial nacido en 1956 con la inauguración de Southdale en Minneapolis, el primer centro comercial completamente cerrado, diseñado por el arquitecto austríaco Victor Gruen,
El reportaje entrega cifras sorprendentes. Por ejemplo, que entre 1956 y 2005 se habían construido 1.500 malls en todo Estados Unidos, pero que desde el 2006 en adelante no se había levantado ninguno más. En la misma nota, Robin Lewis, autor de “Nuevas reglas del retail”, predice que en los próximos 10 años la mitad de los malls norteamericanos cerrarán sus puertas. Es decir, estaríamos siendo testigos del fin de un modelo comercial tan exitoso que llegó a ser considerado una herramienta de desarrollo urbano y un símbolo del progreso económico de las ciudades. El mall, un espacio privado, interior, cerrado y climatizado, que concentraba tiendas convirtiendo a la compra en una experiencia simple y sin contratiempos, estaría llegando a su fin gracias a su incapacidad de competir contra un formato aún mucho mas simple: la compra on-line.
Las retroexcavadoras arrasando con probadores de ropa, góndolas y avisos de neón, tal como las muestra el reportaje de la CBS, pueden convertirse en una imagen urbana que se propague por el mundo, de la misma forma en que en su momento se propagaron los malls. Por lo pronto, las fotografías de la serie “Dead Stores” (tiendas muertas) del fotógrafo Brian Ulrich, nos muestran un paisaje que ya hemos visto, por ejemplo, en Temuco y Rancagua: tiendas abandonadas, vitrinas solitarias, o amplios estacionamientos cubiertos por malezas. En otras palabras, fantasías urbanas incapaces de sobrevivir al peso de la realidad.
Se podría pensar que si el mall surge en 1956 y llega a Chile recién 25 años después (en 1981 se abrió el Parque Arauco, el primer mall chileno), tendríamos que esperar hasta el 2031 para empezar a visualizar su fin en nuestro país. Pero ese escenario está lejos de ser cierto, y el declive estaría mas cerca de lo que pensamos.
En su libro Empire (2000), Michael Hardt y Antonio Negri demuestran que las asincronías económicas y culturales impuestas por el sistema neoliberal aceleran los procesos en los países en desarrollo, haciendo que las etapas se quemen aun antes de que los ciclos se completen. Así se explicaría, por ejemplo, que en Chile conviva una economía productiva (basada en la extracción de materias primas) con una economía de servicios, sin haber completado la fase de industrialización que había mediado entre ambas en los países desarrollados. Desde este punto de vista, es muy probable que la vida del mall en Chile sea mucho menor a los 50 años de apogeo que tuvo en Estados Unidos.
El problema para nosotros entonces es, ¿qué haremos con esos edificios una vez que cumplan su ciclo? Demolerlos o reutilizarlos son las dos alternativas posibles a las que pronto deberemos enfrentarnos.
Sin embargo, el problema mas grave ya lo estamos viviendo. Casos como el mall de Castro nos demuestran que estos artefactos urbanos sí pueden tener consecuencias nefastas sobre el entorno y que sus beneficios a corto plazo son incapaces de compararse a sus efectos negativos en el tiempo.
Al menos ya sabemos que esta fantasía urbana y comercial no dura para siempre, y el ejemplo de lo que está sucediendo en Estados Unidos es una prueba irrefutable. Tal vez la corta vida del mall sea un argumento esgrimible en la actualidad para salvar a otras ciudades patrimoniales de los efectos negativos de estos edificios. Castro tardó mas de cuatrocientos años en consolidar una imagen urbana, que fue destruida en un año por un edificio que probablemente no dure más de veinte. Aún estamos a tiempo de cuidar que no le pase lo mismo a Valparaíso. De lo contrario, en algunos años más las retroexcavadoras volverán a ser el tema del momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS