¿Queremos que la reforma arroje a las empresas chilenas, incluidas las pymes, a los brazos de un riesgoso mayor endeudamiento?‏


Diario El Mercurio, Sábado 19 de abril de 2014

Revisando afirmaciones sobre la reforma tributaria

Bernardo Fontaine: "Un evasor, tanto en el sistema con FUT o el impuesto sobre utilidades devengadas puede generar los mismos falsos gastos. Ambos sistemas, cuando los dueños son inescrupulosos, tienen el mismo incentivo a pasar consumo personal del dueño como gasto de la empresa..."

Es un hecho que los impuestos van a subir con el noble propósito de mejorar la educación y la desigualdad. La reforma propuesta tiene elementos positivos y negativos, pero todos queremos una reforma que sea justa, que impulse el progreso y la movilidad social y que recaude lo necesario.

La Presidenta ha dicho "con la reforma los que tienen más van a pagar más y eso es justicia".

Eso parece deseable y ocurre también en el sistema tributario actual. Pero, mirando con cuidado, el peso de la reforma se repartirá entre muchos, no solo entre los grandes empresarios.

Todos los trabajadores, injustamente, pagarán parte del alza al 35% de impuesto a las empresas. Los afiliados, a través de sus cuentas individuales en las AFP, compran acciones de compañías en bolsa. Esas compañías habrán pagado, aprobada la reforma, 35% de impuestos por cuenta de los trabajadores y ellos jamás recuperarán ese impuesto, aunque obviamente no les corresponde ni pertenezcan a ese 1% más rico. Eso es y ha sido un gran abuso, y seguirá si la reforma no establece la devolución de todo el impuesto a las cuentas de los afiliados. Todos los demás accionistas podrán rebajar de sus impuestos personales ese 35% que paguen las empresas, menos los afiliados a las AFP.

Los pequeños y medianos empresarios, los profesionales independientes, médicos, arquitectos, artistas, abogados, etcétera, y los emprendedores, pagarán hasta 35% por los dineros que ahorren o destinen a desarrollar y reinvertir en sus actividades en vez del 20% que pagan hoy. La clase media pagará IVA por viviendas hoy exentas y pagará impuesto cuando venda propiedades que han sido el ahorro de su vida.

Los bebedores de alcoholes y bebidas azucaradas, los 300 mil ahorrantes que son accionistas minoritarios de la bolsa y los 200 mil inversionistas en fondos mutuos, los compradores de autos diésel y todos los deudores por la duplicación del impuesto de timbres, también asumirán una parte del mayor impuesto. La lista de pagadores es muy larga.

Incluso parte del costo del alza tributaria será traspasado a precio de los bienes y en esa proporción terminarán pagando todos los consumidores. Si el freno a la inversión es significativo, las oportunidades de empleo y mejores salarios se reducirán afectando a todos los trabajadores.

Esta es una reforma muy profunda y masiva. Mucho dinero. Es impensable que su costo no se reparta a lo ancho y largo de toda la economía. Con todo, pienso que entre muchos otros afectados, los más ricos pagarán una cuenta mayor. Pero el restaurante estará lleno de otros comensales, cada cual con su propia cuenta.

El ministro Arenas ha dicho: "El 95% de las empresas más pequeñas no serán afectadas por la reforma".

Eso no es exactamente así. Desde luego él está minimizando el efecto de la reforma sobre el 5% restante de empresas. Ese conjunto, formado mayoritariamente por medianas empresas que venden más de 500 millones de pesos anuales, produce el 91% de las ventas de Chile y emplean a seis millones de trabajadores. Sobre ese 5% recae el grueso del peso de la reforma. Respecto del 95% de las empresas, todas microempresas y pequeñas empresas, la reforma las afecta al eliminar sistemas tributarios que las favorecen como el 14bis y 14 quáter, y restringir demasiado la renta presunta agrícola y para el transporte. Estamos hablando de 810 mil empresas que pierden franquicias que permiten no pagar nada de impuestos por las utilidades que reinviertan, buenos incentivos a su desarrollo. De hecho, la propia Conapyme ha aclarado que según datos del SII, 150 mil empresas pequeñas han utilizado las franquicias que deroga la reforma y 283 mil empresas han reinvertido sus utilidades a través del mecanismo llamado FUT.

Más que el tamaño, importa el caso de las empresas crecientes. Pueden ser empresas nuevas o antiguas, una grande que aspira a emerger en el gigante mundo globalizado, medianas que quieren emerger dentro del grupo de exitosas empresas chilenas o emprendimientos. Todas ellas son los impulsores del desarrollo de Chile. La reforma precisamente disminuye los fondos para financiar, con utilidades, las inversiones de estas empresas (ahorro de esas empresas registrado en el FUT).

Las empresas crecientes intentarán endeudarse para suplir el menor capital con que cuentan, pero difícilmente podrán recuperar la totalidad de los fondos que perdieron por los impuestos. Ya sabemos que el crédito disponible para cualquier empresa en la vida real es limitado, se le agotan las garantías y los intereses se vuelven más altos cuando crece la deuda. ¿Queremos que la reforma arroje a las empresas chilenas, incluidas las pymes, a los brazos de un riesgoso mayor endeudamiento?

Al final, las empresas crecientes perderán parcialmente el impulso que les da su propio ahorro para crecer. Se pondrán más lentas. Difícilmente el impulso de la inversión y del empleo se mantendrá ante la falta de financiamiento. 

El Ministro Arenas asegura que la inversión no disminuirá.

Ojalá. Me parece difícil esperar que el ahorro privado no caiga y que eso no frene algo la inversión. No sabemos cuánto. Por cierto que Chile seguirá funcionando, pero más lento. Sí pienso que la incertidumbre ante el tamaño de los cambios propuestos está complicando bastante el desempeño económico de este año. Ahora, decir que no va a pasar nada con la inversión me suena como creer que si sube el IVA a 30%, ello no afectará el consumo. 

Hoy una persona de muchos recursos, paga el doble de impuestos si gasta su ingreso en autos de lujo versus el impuesto que paga si deja su plata reinvertida en una empresa. Con la reforma pagará el mismo impuesto si ahorra en su empresa o gasta. Pienso que es mejor para la sociedad que esa persona esté incentivada a poner su plata a producir, a generar empleos y mejores productos y servicios, en vez de gastarla en lujos. Al menos yo, prefiero una sociedad austera y donde la riqueza esté al servicio de crear oportunidades a los chilenos en vez del deleite de unos pocos. Eso me parece, además, más éticamente correcto.

La reforma contiene componentes contra el ahorro, como la eliminación del mecanismo del FUT junto a la alta tasa del 35% sobre las utilidades reinvertidas y la eliminación de la franquicia al ahorro de los trabajadores dependientes llamado 57bis. Eso no parece bueno. Todos sabemos que el ahorro de una familia o de un país es la llave para tener un mejor futuro.

Ministro Arenas: "Hoy el diagnóstico del FUT es preciso, hay elusión de impuestos". El Gobierno justifica la eliminación del FUT porque dicen el FUT es pura elusión.

¿Qué han hecho las sociedades con el FUT? Invertir en nuevas plantas, en capital de trabajo, tecnología, inventarios, entrenamiento para sus empleados, financiamiento para sus clientes o depósitos en bancos.

Un evasor, tanto en el sistema con FUT o el impuesto sobre utilidades devengadas puede generar los mismos falsos gastos. Ambos sistemas, cuando los dueños son inescrupulosos, tienen el mismo incentivo a pasar consumo personal del dueño como gasto de la empresa. Mientras más alta la tasa, mayor el incentivo a evadir. En ese sentido, la tasa de 35% que propone la reforma no ayuda tampoco. Es ingenuo pensar que la muerte del FUT va a reducir la elusión y la evasión. Mientras las tasas sean altas y la fiscalización imperfecta, siempre podrá haber evasores.

Ahora, la evasión debe ser totalmente condenada moral, legal, social y económicamente. La reforma, en buena hora, corrige errores de la ley de la renta que han permitido elusiones.

Bernardo Fontaine

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