Paulo de Jolly: un gran poeta para un gran Rey‏


Paulo, como Borges,
es un europeo
que creció en el exilio.

Un refinado francés del siglo XVII
caído por casualidad en este Finis Terrae
de segunda mitad del siglo XX
y en los albores de siguiente milenio.

Pareciera que fueron necesarios
los paseos de Maquieira y Jolly
por los patios en donde
se experimentaba la libertad
del Saint George's College
de fines de los años sesenta
y comienzos del setenta,
para que poco a poco
germinara lo que
años más tarde
eclosionaría en imaginativas
y refinadas propuestas
que los colocarían
a la vanguardia
de un osado frente
de la poesía de occidente.

En el caso de  (De) Jolly
se requirió también
de la perspectiva temporal
que da el paso de los siglos
y las necesarias distancias
que se requieren para dimensionar
la grandeza de los espacios de Versailles.

Fue necesario empaparse
del regio personaje,
realizando una profunda
investigación de su tiempo
-explorando en y con todos los sentidos-
para poder expresarlo
con sutil y fino talento
en la plenitud de la palabra

Y cuando emergió
de estas exploraciones,
asomó empapada de erudición
la sabiduría y lucidez poética de Paulo
para crear un nuevo Rey Sol,
situándolo en medio
de su mundo versallesco,
y con notables giros de su pluma
lo elevó en exquisito vuelo
hasta colocarlo a la altura de sí mismo.



Paulo de Jolly publica sus poemas acerca del Rey Sol
Genial resurrección de Louis XIV:
"Este renacer ha sido fabuloso"
por Leonardo Sanhueza
Diario Las Últimas Noticias, Martes 10 de octubre de 2006

Hace casi treinta años,
el poeta Paulo de Jolly
se propuso escribir ni más ni menos
que la historia de la humanidad,
comenzando por el siglo diecisiete,
desde donde retrocedería
de un salto hasta Adán y Eva,
para luego proseguir cronológicamente
hacia nuestros días.

No avanzó mucho en su plan.

Más precisamente, no avanzó ni un milímetro:
se quedó pegado en la corte de Louis XIV,
el punto de partida, y convirtió
al famoso Rey Sol en su mundo entero.

En 1983 publicó en Puerto Rico
el brevísimo libro "Louis XIV"
y desapareció del mapa misteriosamente.

De vez en cuando,
unas pocas personas
recibían algunos poemas suyos
corcheteados o decían haberlo visto
en una esquina vestido
con elegancia literalmente regia,
como recién llegado de Versalles,
y poco a poco
se fue transformando en una leyenda.

Sus poemas, que irradian
una belleza singular e insoslayable,
lo coronaban a su vez
como uno de los poetas
más raros del territorio.

Después de veinte años
"haciéndose el muerto", como él dice,
reapareció en el 2003
con otro pequeño libro de poesía monárquica
-"Príncipes, duques y mariscales de Francia"-
y desde entonces no ha parado de resucitar.

-Es fantástico -dice-.

Mi teléfono suena todo el día.

Muchos conocían mis obras,
pero a mí nadie me conocía.

Llegaron a pensar
que yo era un heterónimo de Diego Maquieira,
una creación literaria de él.

Entonces este renacer ha sido fabuloso.

Su última señal de vida
es la cima de todos sus esfuerzos
hasta ahora y se titula,
ni falta que hace decirlo, "Louis XIV".

Publicado por Tajamar Editores,
el libro reúne alrededor
de ochenta poemas,
en gran parte inéditos.

-Louis XIV no tuvo poetas -señala-.

Tuvo poetas, pero poetitas menores,
ninguno de la talla de un Racine,
de un Corneille, de un Molière,
o de un fabulista como La Fontaine,
o de un orador como Bossuet.

Yo vine como a reemplazar ese vacío
y en "Louis XIV" está el poeta de Louis XIV
y, también, el poeta rey.

-En el prólogo, Diego Maquieira subraya
el marcado histrionismo de ese poeta.

-En realidad, Louis XIV
no era tan histriónico como yo lo muestro.

En su vida era una persona muy seria,
muy pensadora, muy reflexiva,
muy acostumbrada a tener
una visión personal sobre las cosas y su reino.
Conocía mucho el alma humana.

-¿Tiene ya nuevos proyectos acerca de Louis XIV?

-No. El "Louis XIV" aquí lo cerré.

-¿Se acabó?

-Se acabó.

-¿Cómo? ¿Se acabó?

-Se acabó el "Louis XIV".

Lo que pasa es que tengo
el disco duro muy cargado ya.

Tengo la cabeza llena de historia de Francia,
de viajes, de investigaciones, de lecturas,
de idas a la Biblioteca Nacional de París.

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Del Prólogo de Príncipes, Duques y Mariscales de Francia


«Necesitábamos que algún autor
tuviera el carácter y la virtud
de darnos una poesía placentera,
una que con nostalgia de lo áureo
y lo brillante que irradiaron
-sean cuales sean- las cortes monárquicas,
nos pusieran en una atmósfera
que, en fin de cuentas,
a estas alturas y honduras
de nuestros tiempos,
es pura magia recreada.

Es el lado cortesano y galante, no lo trágico.

Su estilo no nos parece extraño;
es gracia es como un divertimento de Mozart»

Estas palabras escritas
hace casi un cuarto de siglo
por el notable y recordado
gran poeta chileno,
Eduardo Anguita
continúan estando vigentes
en la frescura con que se conservan
los poemas de Paulo...

Concluye Anguita instándonos
a una tarea que sigue pendiente:

«...Paulo de Jolly debe ser descubierto
más ampliamente por los críticos.

Lo que ha escrito, sus poemas,
merece una más minuciosa lectura».

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Uno puede abrir cualquier página
de su Louis XIV y se encuentra
con notables maravillas:

"Lo que una vez cantando dio renombre
         a tu insigne boca
   de fiel intérprete de las sílabas
               del  agua..."

"Mis fortificaciones están
  todavía en la infancia..."

«Luis XIV y la muerte

El año 1675 vio la muerte
y su inmenso taller
estaba cubierto de
  andamios
y envuelto en polvo
era como una cantera
 llena de barro
piedras  tuberías
hombres y caballos
 árboles   miles
de buen tamaño
la muerte de mármol y
    de bronce
yacían dispersas
   en espera
de que el rey
fuese indicando donde
  las quería
tenía tal prisa por ver
    el resultado
  que la muerte
 se resiente aún
de un trabajo hecho con
   precipitación
 y mal acabado
      porque
    la muerte
  había de ser
el signo externo y
     visible
de ese predominio»

«Tumba de Louis XIV

 Aquí no soy la belleza y la gloria
de la que tanto se habló en Francia
    donde es difícil llamarla
       por mis fastuosos
 relojes candelabros y cubrefuegos
            deslumbrantes
 mis condesas con los hombros
            desnudos
 por las carrozas llenas de violines
       y oboes que llevaba
             pasado eso
             aquí no soy
 la eterna alegría de las estatuas
            que se borren
   los infinitos azulados y el borde
               del cielo
   he sobrepasado a los griegos
tenía un hermoso carácter de soldado
      muy tarde me convertí
              al terrorismo
      de la mediocridad triunfante
              pero aún así
      setenta años viví feliz
en el sosiego y la seguridad de los
      frescos recién pintados
a la luz de las arañas y girándulas
 todas las noches los violines
        parece que las hadas
           me han trabajado»


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PAULO DE JOLLY - PREMIO MAIRENA, PUERTO RICO- 1982

Louis XIV es un libro novedoso, original, erudito.
Representa la vanguardia latinoamericana.

El tratamiento del tema,
la experimentación,
la alteración gramatical y sintáctica,
más el uso de vocablos extranjeros
señalan la búsqueda
de nuevas y arriesgadas particularidades
que en cierto modo renuevan el lenguaje
y abren paso a formas que huyen
de todo intento tradicional, del estereotipo.

Dentro del estilo, aparentemente hermético,
se distribuyen vocablos solitarios, espaciados;
términos que entrelazan
nuevas relaciones semánticas
e inician maneras lógicas distintas.

El autor se centra en su tema
y refuerza su unidad
con referencias históricas,
pero se siente libre
en cuanto a la expresión,
utilizando una forma
a veces irreverente, o alegórica,
marcada por un acentuado tono satírico.

Conoce los intrincados usos de la palabra poética,
y aunque por momentos da la impresión
de acuñar dificultades en la comunicación
-que es sólo apariencia- sus contenidos
-un tanto caricaturizados- están definidos.

Destaca lo antipoético
para sobrepasar
la ironía y el realismo,
estructurándolo adrede
fuera de la órbita poética
ya que lo poético se logra
por este juego de fusiones.

La innovación en el estilo
justifica su compromiso con el lenguaje
como ejercicio autónomo e independiente.

Dentro de él se destacan:
la cosntrucción libre,
el léxico políglota
y el frecuente uso del neologismo.

Hay que destacar igualmente
que el poemario contiene propiedades
o características de la música aleatoria.

Dispone de unos elementos atonales
que proceden de la técnica musical moderna.

Se entra en la experimentación amusical,
con espacios largos detenidos,
sugerentes, sin objetivo,
suspendidos en un tiempo,
delegada su eficiacia
a la sensibilidad del oyente,
por lo que estos poemas
no están escritos para su lectura oral,
sino para la lectura individual, silenciosa.

Son poemas para la interpretación particular.

(Fragmento tomado del Laudo del
Tercer Certamen Internacional Poesía Mairena,
firmado por Mili Mirabal, Violeta López Suria
y Samuel Segarra).

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