El redescubrimiento de un tesoro colonial
Más de 600 piezas componen la "Colección Gandarillas", un valiosísimo cuerpo de obras entregado por la familia del fallecido Joaquín Gandarillas a la Universidad Católica. Este mes, la universidad inaugura una nueva sala en el Centro de Extensión UC, que de ahora en adelante exhibirá dos muestras al año con distintas piezas de la colección, concretando así uno de los mayores sueños de Gandarillas: exponer su valioso conjunto para el deleite del público general.
por Camila Ortiz Miranda
Diario El Mercurio, domingo 23 de marzo de 2014
http://diario.elmercurio.com/2014/03/23/artes_y_letras/artes_y_letras/noticias/56338539-C450-43E0-822F-22D58BE9E01A.htm?id={56338539-C450-43E0-822F-22D58BE9E01A}
Un departamento repleto de valiosas pinturas, muebles, platería y otros objetos de varios siglos de antigüedad. Con eso se encontró la investigadora y directora de Publicaciones, Archivos y Patrimonio de la Facultad de Artes de la UC, Claudia Campaña, en su primera aproximación a la llamada "Colección Gandarillas", un valioso conjunto de obras de arte colonial perteneciente al fallecido coleccionista y antiguo director del Museo de Arte Colonial, Joaquín Gandarillas.
El inmueble, ubicado en las cercanías del Parque Forestal, era el improvisado depósito del esfuerzo de toda la vida de Gandarillas: una colección armada en el transcurso de varias décadas y compuesta por 639 obras de arte colonial, entre las que se incluyen pinturas, platería, muebles, esculturas y adornos, y que hoy está bajo el cuidado de la Universidad Católica.
Joaquín Gandarillas Infante (1930-2004) fue agrónomo y empresario, pero su verdadera pasión era el coleccionismo de arte, que desarrolló desde muy temprana edad, enfocándose sobre todo en el arte religioso. Por su fama de aficionado al arte es que lo invitaron a formar parte del recién creado Comité de Amigos del Museo de Arte Colonial de San Francisco, en 1969, al que se incorporó con gran entusiasmo. Posteriormente, en 1981, fue elegido como director del Museo, cargo que ejerció, ad honorem, durante la década de los 80.
Su trabajo como director lo llevó a especializarse en arte colonial americano, el que pasó a ser el fuerte de su propia colección. Pero dicha experiencia, además, le creó una inquietud que no alcanzaría a desarrollar: mostrarla, fuera creando un nuevo museo o legándolo a uno ya existente. Sin embargo, su muerte, el 15 de junio de 2004, truncó sus planes.
Fue su familia la que asumió el desafío. Tras su muerte, sus hermanos y herederos (Gandarillas no tuvo descendencia) crearon la Fundación Joaquín Gandarillas Infante, que cedió a la Universidad Católica (en un comodato de veinte años de duración) los 639 objetos que componen su colección para su catalogación y posterior exhibición, con la posibilidad, además, de traspasarla definitivamente a la Universidad, transcurridos los veinte años.
La primera aproximación
"167 óleos, 114 objetos de plata, 35 muebles, 117 imágenes, 8 piezas de orfebrería y 21 huamangas". Esa escueta enumeración era toda la información (incompleta, por lo demás) que se le entregó a la Universidad Católica con respecto a las características de la colección. "No existía un inventario, solo había un listado que proporcionaba mínima información", explica Claudia Campaña, a quien se le encargó la tarea de liderar el equipo tras la investigación y catalogación de las obras.
El desafío era, entonces, la realización de un primer diagnóstico de los contenidos de la Colección Gandarillas, así como de su estado de conservación y otras características hasta ese entonces desconocidas. Para esto, en junio del 2009 se armó un equipo, liderado por Campaña, y al que se sumaron el premio Nacional de Historia Gabriel Guarda, el pintor Benjamín Lira y las profesoras de la Escuela de Arte UC Flavia Muzio (quien falleció en 2011) y Patricia Novoa.
El equipo trabajó intensamente entre septiembre de 2009 y marzo de 2010 en el departamento del Parque Forestal, acompañados siempre de algún miembro de la familia Gandarillas. "Nuestro asombro aumentaba a medida que recorríamos este departamento-depósito, por el cúmulo de pinturas y de objetos coloniales de carácter mestizo que evidenciaban diversas influencias artísticas, con preponderancia de la española. Trabajamos sin pausa y en menos de seis meses cada pieza estaba individualizada en su propia ficha iconográfica", destaca Campaña.
Tras este primer diagnóstico se llegó a un nuevo listado: 196 pinturas, 202 tallas de madera y alabastro, 199 piezas de metal y 42 muebles. En total, 639 piezas de diferentes períodos históricos, de entre los siglos XVII y XIX, la gran mayoría de ellas de temática religiosa y provenientes de talleres de Perú y Bolivia (verdaderos centros artísticos durante la Colonia), además de Chile.
Testimonio del arte religioso sudamericano
"Independiente de las colecciones de algunas congregaciones religiosas, el de Joaquín Gandarillas es, sin duda, el conjunto más completo de arte colonial americano, específicamente de pintura, que existe en el país", señala Hernán Rodríguez, director del Museo Andino y curador de la primera muestra de la Colección Gandarillas. "Además, tiene el mérito adicional de representar muy bien las obras de arte que llegaron hasta la Capitanía General de Chile en los siglos XVII y XVIII, procedentes de los talleres de pintura de Cuzco, región del lago Titicaca, La Paz, Potosí, Lima y, en lo que se refiere a imaginería, de Quito", añade.
La investigadora Claudia Campaña destaca también su valor como representación del arte sudamericano de la época, así como la gran calidad de las obras de pintura. "La Colección Gandarillas constituye una cabal representación plástica y simbólica del proceso evangelizador de la Iglesia Católica entre los siglos XVII y XIX. Contiene un enorme potencial cultural regional y latinoamericano como la expresión de la creatividad de Perú, Bolivia y Chile. Además, hay un significativo número de obras (pinturas, sobre todo) de especial calidad que representan puntos muy altos y originales dentro de la producción visual del arte virreinal", señala.
Por otra parte, el decano de la Facultad de Artes de la Universidad Católica, Ramón López, destaca también las posibilidades de investigación que implica la colección. Como explica, "acá hay un material muy atractivo que puede convocar a la interdisciplina: es un tema no solamente del valor artístico de la colección, sino que también se cruza con varias otras áreas y, por lo mismo, creo que va a despertar el apetito de muchos investigadores", señala.
Es algo que también subraya Claudia Campaña, quien señala: "este rico material invita y propone desafíos de interpretación, exploración y concreción de avances teórico-técnicos que, de materializarse, contribuirán al mejor conocimiento de nuestra cultura regional. Tendrá un impacto muy positivo en los futuros estudios especializados de distintas áreas e investigaciones patrimoniales interdisciplinarias".
La nueva Sala Gandarillas
Pero la idea no es relegar las obras a un ámbito estrictamente académico. Cumpliendo la voluntad del mismo Gandarillas, siempre se pensó en exhibir las obras al público general. Para esto se transformó la antigua Sala Blanca del Centro de Extensión UC- a la que se le incorporó un nuevo sistema de climatización, así como mejoras en iluminación y seguridad-, que ahora pasa a llamarse Sala Colección Joaquín Gandarillas Infante. Allí se exhibirán dos muestras semestrales con distintos objetos de la Colección Gandarillas. De esta forma, cada una de las muestras tendrá un curador diferente, permitiendo así distintas miradas a la colección de más de 600 piezas.
Como explica Daniela Rosenfeld, directora de Extensión Cultural de la Universidad Católica, "cada exposición tiene un guión propio, dependiendo de lo que cada curador invitado quiera decir con el universo de obras disponibles. Así, mientras algún curador podría armar una lectura de cierto período histórico, quizás otro querrá exhibir un concepto que tenga que ver con la materialidad empleada para las representaciones religiosas de esa época, como por ejemplo, la platería. Las posibilidades son infinitas", señala Rosenfeld.
"Arte, fe y devoción" es el nombre de la primera de las muestras que albergará la nueva Sala Gandarillas, a partir del 26 de marzo, cuya curatoría estuvo a cargo de Hernán Rodríguez, director del Museo Andino, y quien asumió el desafío de realizar la primera selección de 35 piezas que se mostrarán al público, priorizando aquellas obras más representativas de la colección.
"El mayor valor de la Colección Gandarillas son las obras de arte, mayoritariamente de pintura, realizadas en Perú y Charcas en los siglos XVII y XVIII. De ahí que, en la primera exhibición pública de la colección, se quisiera mostrar las obras más relevantes, más significativas de ese período y de esa procedencia. Entre las obras seleccionadas, si bien no hay obras firmadas, hay pinturas atribuidas a las manos, talleres e influencias de autores tales como Bernardo Bitti, Juan Espinoza de los Monteros, Basilio de Santa Cruz, José López de los Ríos, Diego Quispe Tito, Leonardo Flores y Marcos Zapata", destaca Rodríguez.
"Esta primera exhibición fue un desafío para el curador y una gran responsabilidad para la universidad. Nos ofrece lo que constituye la totalidad de la colección, no solo la temática en general, sino que los tipos de obras que la componen. Así exhibimos óleos, tallas y algo de platería y algunas de las piezas más valiosas y significativas de la colección. Son una carta de presentación que augura lo que vendrá en el futuro", concluye Rosenfeld.
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