Este último tiempo y de acuerdo a un estudio clínico realizo en mi consulta y con pacientes reales, he podido razonar y darme cuenta, porque los hombres de nuestra sociedad chilena son infieles a sus esposas, las respuesta las sorprenderá, la culpa en la mayoría de los casos es de nosotras mismas las mujeres, el hombre por esencia es un animal muy básico, el cual, al igual a que un primate, necesita satisfacer sus necesidades, el sexo es una de sus necesidades más habituales he importantes, por ende es importante que las esposas mantenga satisfecha esta necesidad del hombre, ya que si el hombre no tiene sexo en su hogar lo busca por fuera sin pensarlo, y más importante aún, es que las esposas se entreguen a las fantasías de sus maridos, déjenlos saciarse de ustedes como ellos quieran, (recuerden que es el hombre que aman y por eso celebraron el sagrado vinculo con ellos), el sexo entre esposo no tiene límites ni ataduras, por lo mismo la mujer no debe poner trabas a la hora de tener sexo (Ejemplos típicos apagar la luz y taparse hasta el cuello para no ser miradas, no tener sexo oral, ni dárselo a tu esposo, ni que él te lo de a ti, no realizar las poses que ellos desean, no tener sexo anal, etc.), la mujer debe entregar su vagina y su cuerpo en ofrenda a su esposo a la hora de tener sexo, y dejar que este sacie sus ganas.
Es muy triste para mí escuchar a mujeres divorciadas arrepentirse de no haberse entregado plenamente a sus esposos, y en la actualidad tener que hacerlo con sus actuales parejas por miedo a perderlas nuevamente, más triste para ellas es darse cuenta que podrían haber salvado su matrimonio y a la persona que realmente amaban.
Un ejemplo práctico de lo que escribo y te quiero enseñar, es el siguiente: ten sexo con tu esposo, y posteriormente al acto, llévalo a un lugar donde circulen mujeres bonitas (una tienda de deporte o de lencería en un mall, etc.), y fíjate en sus miradas y en su actuar, y posteriormente llévalo al mismo lugar sin haber tenido sexo previamente, y fíjate en sus miradas y en su actuar. (Te sorprenderás)
Por Carmen Undurraga S.
Psicóloga - Sexóloga
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