"Usted crea lo que quiera, pero ya sea en una sociedad de simios o en un paraíso de manzanas prohibidas, el instinto primigenio de relacionarnos ha provocado conflictos y ha hecho de la comunicación un misterio complejo. El ser humano olfatea, busca similitudes, nexos, comunidad. El problema está cuando no los encuentra..."
Situación 1: Un amigo le presenta a alguien. Su amigo se encuentra repentinamente con otra persona y lo deja solo con este desconocido. Escapar no es opción. Quedarse en silencio esperando a que el amigo en común vuelva, tampoco. Usualmente caerá en preguntas tipo "entrevista de trabajo": ¿Y tú que haces? ¿Por qué estás aquí? y todo sonará tenso y forzado. Incluso, si excede la amabilidad, sonará a flirteo de quinceañero. Analice y critique al amigo en común que los dejó en esa situación, no hay otra.
Situación 2: Usted es mecánico y en un evento social queda sentado junto a un bailarín de ballet. Un potencial oxímoron comunicacional. Si quiere hacer gala de su inmadurez social hable del clima, de la comida o del famoso que anda por ahí. Aquí hay dos opciones; marcar las diferencias o buscar las similitudes. Para la primera se necesita humor, para la segunda tiempo. Vea usted.
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