¡Me llevo muy bien con mi suegra!‏



JOSÉ RAMÓN VALENTE, DIARIO LA TERCERA, DOMINGO 22 DE DICIEMBRE DE 2013HTTP://VOCES.LATERCERA.COM/2013/12/22/JOSE-RAMON-VALENTE/ME-LLEVO-MUY-BIEN-CON-MI-SUEGRA/jose ramon valente

¡Me llevo muy bien con mi suegra!



A DIFERENCIA de la física o la química, la Economía está lejos de ser una ciencia exacta. Pero es esta debilidad de la economía la que, a su vez, la hace tan apasionante y entretenida.  Una manzana que se desprende de un árbol siempre va a caer al suelo, mientras que una persona que recibe un aumento de sueldo puede ahorrarlo o gastarlo dependiendo de las circunstancias. La ciencia económica trata de predecir el comportamiento humano y el ser humano es capaz de tomar decisiones que alteren su comportamiento, mientras que la manzana no puede decidir  por sí misma quedarse levitando un rato antes de caer al suelo.
Aun respetando sus limitaciones, a través de los años los economistas han logrado concluir que hay características comunes a moros y cristianos que son de gran utilidad para intentar predecir el funcionamiento  de la economía y los mercados financieros.  En particular, tres importantes regularidades  del comportamiento humano han contribuido a desarrollar gran parte de lo que sabemos sobre cómo se comporta el ahorro, la inversión y los mercados financieros. La gente prefiere más a menos,  o sea nadie se enoja si le suben el sueldo, la gente prefiere tener las cosas antes que después, o sea lo comido y lo bailado no me lo quita nadie y la gente es adversa al riesgo, es decir, más vale pájaro en mano que cien volando
Ayudados por estas simples premisas de sentido común es fácil entender por qué la gente cuida su plata guardándola en un banco (más es preferido a menos), porque exige que le paguen una tasa de interés por sus ahorros (el consumo hoy vale más que el consumo en el futuro) y por qué el retorno exigido a las acciones (más riesgosas) es mayor que el exigido a un depósito a plazo.
En las últimas semanas se ha producido a nivel público una intensa polémica respecto de si el programa de gobierno de la Presidenta electa, Michelle Bachelet,  pudiera estar teniendo efectos sobre la economía y, específicamente, sobre las decisiones de inversión de los empresarios. También se ha argumentado en favor y en contra de que la propuesta de reforma tributaria y la discusión sobre una nueva Constitución pudieran estar reduciendo la inversión y el crecimiento económico.
La reforma tributaria propuesta por Bachelet implica que hay un socio, el Estado, que sin poner más capital tendrá ahora derecho a una porción adicional de las ganancias obtenidas en cualquier negocio o inversión realizada. O sea, desde el punto de vista del inversionista el crédito futuro de su esfuerzo en el presente disminuye automáticamente. Por otro lado, los detalles de la reforma tributaria aún no están claros. Los empresarios e inversionistas saben que el efecto de dicha reforma es negativo para el retorno de su inversión, pero no conocen exactamente la magnitud del daño. Es decir, el retorno esperado no sólo es menor, sino que además es más incierto que antes.
Por otra parte, la discusión de una nueva Constitución que pretende revisar aspectos tan fundamentales de nuestra institucionalidad como el rol del Estado y los derechos de propiedad, obviamente aumentan el nivel de incertidumbre respecto de los retornos futuros de cualquier inversión realzada en el país. Esto no debe ser interpretado como una negativa per se a realizar este tipo de discusiones en Chile, sólo pretende dejar claro que dicha discusión genera efectos negativos sobre la inversión y el crecimiento. Pero es perfectamente posible, al menos en el plano teórico, que los cambios sean tan deseados, urgentes y necesarios que bien valga pagar los costos que el proceso de cambio tiene sobre la economía.
Aun cuando desde el prisma de las regularidades del comportamiento humano descritas más arriba, resulta bastante obvio que la propuesta tributaria y la discusión de una nueva Constitución incluidas  en el programa de Bachelet debieran  estar afectando negativamente la inversión y el crecimiento económico, dado que reducen el retorno esperado de los proyectos de inversión y aumentan el riesgo de los mismos. Resulta paradójico que una cantidad importante de dirigentes empresariales, al ser consultados públicamente al respecto, han descartado de plano dicha posibilidad. Por otra parte, periodistas y políticos han tomado dichas declaraciones, por sobre las predicciones de la ciencia económica, como evidencia conclusiva de que el programa de la Presidenta Bachelet no está afectando negativamente a la economía. Yo quisiera aprovechar esta tribuna para declarar públicamente que me llevo muy bien con mi suegra.

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