El Mundo y Chile en el 2014

"Mientras el crecimiento mundial va de menos a más, nuestro crecimiento cae. En respuesta a este debilitamiento cíclico, el manejo monetario y fiscal chileno ha sido impecable..."

La Zona Euro ha salido de la recesión y el euro se ha fortalecido, Japón ha vuelto a crecer y EE.UU. ha acelerado su lenta recuperación. Las economías emergentes (EMEs) también están creciendo más. El crecimiento mundial se acelerará desde un 2,7% en 2013 a un 3,6% en 2014 y a un 3,9% en 2015.

Con este viento de cola que viene de afuera -más los favorables términos de intercambio y las bajas tasas de interés- Chile debería crecer como avión. Pero no es así: nuestro crecimiento va de más a menos, cayendo de 5,6% en 2012 a 4,2% en 2013 y a 4,0% en 2014 y 2015.

La economía mundial en el 2014

2014 será un año de recuperación más vigorosa en los países desarrollados. A la luz del elevado crecimiento de EE.UU., la Fed anunció hace pocos días el retiro gradual de su expansión monetaria extraordinaria. Pero, como lo anticipa la curva de rendimiento de los bonos de EE.UU., la Fed solo iniciaría el aumento de su tasa de política hacia comienzos de 2015. La eterna irresponsabilidad fiscal de EE.UU. registró un breve paréntesis con el reciente acuerdo Murra-Ryan sobre el presupuesto, pudiendo postergar otro caos de cierre de gobierno y cuasi repudio de deuda por, quizás, dos años. Pero ello no resuelve los crecientes niveles de déficit y deuda pública proyectados para el largo plazo.

Europa está saliendo de su segunda recesión en cinco años, pero el desempeño de sus principales economías es muy disparejo. La Zona Euro sigue muy tensionada por un centro-norte (Alemania, Holanda, Escandinavia) cansado de rescatar a la periferia y una periferia (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) agotada por un desempleo altísimo y escasas luces de recuperación vigorosa. Pero no parece haber alternativas viables al ajuste recesivo emprendido por la periferia, si se quiere permanecer en la Eurozona. Como único alivio posible, el Banco Central Europeo podría reducir su tasa de política a cero y adoptar una política de expansión monetaria al estilo de la Fed. Más allá, las grandes tareas pendientes de la Unión Europea son implementar la unión bancaria en 2014, acordar una unión fiscal hacia 2016 y adoptar una mayor unión política hacia 2020, metas ambiciosas empujadas con especial fuerza por la Canciller Merkel.

Es improbable que la revitalización de Japón liderada por el Primer Ministro Abe sea exitosa. Abenomics descansa en tres pilares: una masiva expansión monetaria para llevar en dos años la deflación observada en dos décadas a una inflación meta de 2%, una masiva expansión fiscal seguida de ajustes en el futuro y reformas estructurales. Los dos primeros pilares apuntan a una recuperación cíclica y el tercero al mayor crecimiento de largo plazo, expresado en una ambiciosa meta de 2%.

Aunque no lo reconozcan los mercados financieros, el mayor riesgo de largo plazo en las principales economías desarrolladas (EE.UU., Europa y Japón) se deriva de los niveles crecientes de sus deudas públicas, pudiendo llevar a crisis fiscales y financieras y a un menor crecimiento potencial.

Las EMEs como un todo volverán a crecer más. Entre ellas, China seguirá destacando como la locomotora del crecimiento mundial, aunque a un ritmo algo inferior a su 8% histórico. China enfrenta, además, tres grandes retos económicos: cambiar la estructura de su demanda desde las exportaciones al consumo, reformar y abrir su sector financiero, y reestructurar y privatizar buena parte de sus empresas públicas.

Latinoamérica sigue bailando al ritmo de los commodities , aunque su desempeño promedio decepciona. Pero la nuestra es una región extraordinariamente diversa. Contrasta el vigor económico de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, Perú y México) con la debilidad ya crítica de los "bolivarianos" (Argentina, Venezuela y otros), mientras el paquidermo (Brasil) sigue en fiestas, siestas y protestas, no haciendo casi nada por crecer desde los años 1980. Brasil simboliza la decepción terminal que nos han deparado los BRICS, las seis falsas promesas del mundo emergente (a excepción de China), sobrevendidas por una década.

Chile en el 2014

Chile está hoy en una posición coyuntural de pleno empleo o de sobreempleo. Mientras el crecimiento mundial va de menos a más, nuestro crecimiento cae. En respuesta a este debilitamiento cíclico, el manejo monetario y fiscal chileno ha sido impecable. La tasa de política monetaria se ha reducido a un 4,5% en los últimos meses, reduciendo la curva de rendimiento y las tasas a todos los plazos. La meta de déficit fiscal cíclicamente ajustado para 2014 sigue inalterada en 1% del PIB, en vez de una meta de balance cero, una política más restrictiva que sería recomendable bajo condiciones cíclicas más favorables.

La Presidenta electa enfrenta una gran oportunidad para impulsar un programa de gobierno que compatibilice los objetivos de igualdad y crecimiento. Las tres mayores urgencias deberían estar en educación, energía y delincuencia. Si el futuro gobierno lograra cortar estos tres nudos gordianos con reformas radicales pero inteligentes, Chile sería más justo, desarrollado y feliz. Para financiar el mayor gasto en educación del nuevo gobierno, este debería rediseñar su anunciada reforma tributaria, para reducir su impacto adverso en el crecimiento.

Los riesgos macroeconómicos externos e internos que enfrentará Chile en 2014 son acotados y nuestra fortaleza macro-financiera nos permitirá manejar shocks externos desfavorables. Pero enfrentamos un severo riesgo de mediano plazo: una posible caída significativa del crecimiento potencial. De no resolverse los urgentes retos de política económica mencionados arriba (entre varios más), es muy probable que nuestro crecimiento potencial caiga significativamente por debajo del 4,5% actual, ¿hasta un 2,8% anual entre 2014-2025 como proyecta The Conference Board para Chile?.

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