El día después (sin pildorita)


por Sergio Melnick
Diario La Segunda, Lunes 18 de Noviembre de 2013
http://blogs.lasegunda.com/redaccion/2013/11/18/el-dia-despues.asp
La primera vuelta ha terminado ya con la tremenda complejidad de 4 elecciones simultáneas: presidencial, diputados, senadores, cores. En una primera mirada, hay sin duda un gran logro de Bachelet y un desastroso resultado para la Alianza, que hizo un papelón durante la campaña, por cierto con la colaboración esmerada del Gobierno. Todo eso es verdad, pero hay matices. Bachelet proyectó arrasar y ganar en la primera vuelta, lo que no logró; es un revés psicológico no menor. Matthei jugó a pasar a la segunda vuelta y lo logró. Bachelet decía tener un 75% de popularidad y sólo logró un 47%; es decir, ha ido perdiendo apoyo claramente. La derecha, a su vez, tenía un piso de 44%; hoy es de 25%. La Alianza ya había hecho un papelón terrible en las municipales y aun así mantuvo a sus líderes. Hoy, con este porcentaje, es fundamental que se retiren y dejen espacio a otros más competentes.
Lo clave a considerar es que la participación electoral fue demasiado magra, aproximadamente un 50%, y, por ello, Bachelet con su 47% en realidad sólo representa un poco más de tres millones de votos en un universo de más de 13 millones; es decir, aproximadamente es sólo un 25% de los votantes habilitados. ¿De qué gran mayoría hablamos entonces que quieran tantos cambios y tan radicales? ¿Representa la nueva mayoría realmente a la “gran mayoría de los chilenos”? Claro que no; hoy sólo representan a un 25%. Por cierto, esta pobre convocatoria es un enorme papelón de la clase política y del Gobierno que se la jugaron por el voto voluntario.
Otros grandes perdedores fueron Claude, Parisi, Israel y Roxana, cada cual por sus propias razones. La agresividad de Claude y su diagnóstico de la sociedad están claramente equivocados: no representa ni al 1% de la población, y menos del 3% de los votantes. El movimiento estudiantil que él representa es muy menor en votos. Parisi, por su lado, le echó la culpa al empedrado, no estuvo ni cercano a la segunda vuelta, y su discurso de derrotado abrió lo peor de sí, que resultó muy feo. Roxana, a su vez, mostró un discurso descalificador y victimizado, de una realidad que básicamente no existe. Quizás otro gran dañado fue el CEP, que perdió todo el prestigio ganado en años. Dejó de ser el gran oráculo que era. Hoy es una encuesta más, quizás de las peores. Otra gran perdedora es la campaña del AC, y muestra que el tema constitucional está lejos de ser una prioridad nacionalcomo voluntaristamente cree Bachelet.
La segunda vuelta abre un nuevo escenario interesante. Los medios estarán focalizados en sólo dos candidatos, no en cientos. Será muy difícil para Bachelet “pasar” o evadir a los medios, sin pagar costos severos. Será difícil para Bachelet seguir hablando generalidades. Ahora debe entrar al área chica, y en eso ella no es especialmente competente. También es probable que finalmente deba empezar a dar explicaciones de sus promesas incumplidas, y de lo malo que fue su gobierno en resultados, especialmente comparado con Piñera. Debe enfrentar cara a cara a Matthei, y eso no es fácil para ella.
Los debates pueden llegar a ser decisivos. Es efectivo que Bachelet está a un paso de ganar, pero el debate será más polarizado y por ello creo que votarán muchos más. A su vez, el resultado en el Congreso obligará a la nueva mayoría a negociar si quiere cumplir con sus promesas. Si ganan, veremos si son realmente democráticos o usarán la violencia del PC para presionar sin votos.
Yo insisto que ocurrirán nuevos eventos delicados, pero ahora en el lado de la Nueva Mayoría que podrían ser muy determinantes en los resultados de esta nueva contienda. La DC ha perdido fuerza y tomará una nueva posición. El PC ha cobrado bien su cuota de poder y ha ganado influencia. Eso los ha movido a la izquierda, pero ahora el desafío es conquistar al centro liberal, y en eso Matthei tiene una ventaja, en la medida en que la UDI no la presione más de la cuenta. Por cierto, Matthei debe hacer un cambio radical en su estrategia de campaña. Necesita cambiar al jefe del comando del 25%, mejorar su programa, además de fortalecer al centro liberal, incorporando nuevas entidades.
Será un segundo tiempo muy interesante. Un 50% de los chilenos no está ni ahí con la política, y ni siquiera se molestó en ir a votar. Ya hicimos un mal experimento de tratar de hacer cambios radicales con el apoyo de una minoría. Hoy es tiempo de madurez, de acuerdos, de buenas negociaciones, de amistad cívica, de mantener lo bueno y modificar lo que no anda bien. Pensar en un país de buenos y malos es un error de proporciones. Tenemos 30 años de gran progreso, vamos por otros 30 con el concurso de todos, no unos contra otros

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