Exponer a los niños a los libros antes de que sepan leer ayudará a su comprensión lectora

Alumnos de educación preescolar y primero básico:


Desde cómics, cuentos o poemas, todo es bueno para que los pequeños desarrollen su capacidad de inferir de las imágenes lo que los textos describen. Así les será más fácil comprender lo que lean cuando sean más grandes.  

Margherita Cordano F. 

Diario El Mercurio, lunes 12 de agosto de 2013

De un total de 218.472 niños evaluados en el Simce de Comprensión Lectora de 2° básico, alrededor de 54 mil no logran entender lo que leen. Esto -a grandes rasgos- significa que uno de cada cuatro estudiantes no tiene la capacidad de responder preguntas o extraer información relevante cuando se ven enfrentados a un texto. No se trata de un fenómeno exclusivo de los más chicos: a fines de 2011, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes dio a conocer un estudio que dice que solo 3% de la población mayor de 15 años puede analizar de forma crítica un texto, formular hipótesis y determinar lo más importante de aquello que se le presenta.
Y es que una cosa parece ir de la mano de la otra: si de niño no se logra comprender los distintos textos, es difícil que siendo adulto alguien se entusiasme y termine siendo un buen lector. El problema, en este caso, es que el estudio de otras áreas, como aquellas relacionadas con Ciencias o Historia, está siempre mediado por textos escritos, lo que termina formando un círculo vicioso de poco entendimiento.
"No se trata de no captar un cuento, es entender que esta comprensión más superficial incide en cómo se explican otras materias", comenta Katherine Strasser, subdirectora de pregrado de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica.
Durante los últimos cinco años y a través de dos proyectos Fondecyt, la académica se ha dedicado a investigar las habilidades que explican la comprensión lectora en niños. Parte de sus conclusiones las dio a conocer esta semana en el coloquio "Lenguaje Oral y Comprensión Lectora: Su relación en los primeros años de enseñanza básica", que organizó el Centro de Medición MIDE UC.
Reconocimiento
Estudios anteriores indican que la capacidad de comprender un texto se asienta en 3° básico. "Por lo mismo, el trabajo que se haga antes es fundamental para el desarrollo futuro", indica Strasser. Entre las cosas que ha podido descubrir, está la importancia de exponer a los niños a distintos libros, incluso antes de que puedan leerlos o si se trata de colecciones que solo tienen imágenes, porque de igual forma los ayuda a inferir.
"Si todos los alumnos tuvieran la misma capacidad de vocabulario, de conciencia fonológica, de decodificación y velocidad lectora, la diferencia entre quienes tienen mayor comprensión lectora y quienes no, estaría centrada en su exposición a libros.
Desde cómics, hasta cuentos y poemas" indica Francisca del Río, académica de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales, que colaboró con esta investigación, una que trabajó con 215 estudiantes de 1° básico en ocho establecimientos de nivel socioeconómico medio. En cada sala se presentaron 46 portadas de libros (sin imágenes, solo el título) y se pidió a los alumnos que las reconocieran.
Eran respuestas válidas decir que ese libro lo había leído un hermano o que Condorito, por ejemplo, tenía que ver con un pájaro. Los resultados mostraron que, en promedio, los estudiantes reconocían cerca de ocho portadas. La moda (frecuencia más repetida) fue de seis y los estudiantes con más conocimiento fueron los que finalmente mostraron mayor capacidad en pruebas estandarizadas de comprensión.
Otros factores que mostraron tener incidencia en la comprensión lectora es el detenerse a explicar palabras; que cuando la profesora lea un texto, se hagan pausas si aparece una complicada. "No aparece como relevante cuántas palabras puede identificar un alumno, sino cuántas puede efectivamente usar", dice Antonia Larraín, jefa del área de Psicología Educacional de la Universidad Alberto Hurtado.
"No basta con enseñarles que aprendan de memoria un repertorio mayor (como suele suceder cuando se hacen dictados), sino que es importante la profundidad y la manera en que finalmente la comprenden y usan". Su recomendación: discutirlas entre todos en clases.
Strasser concuerda. "Estas habilidades de pensamiento y lenguaje se educan pensando junto a los niños, no haciendo que recuerden una lista". De vez en cuando -agrega- es útil que al leer con niños, profesores y apoderados creen inconsistencias para ver qué tan alerta están los alumnos.
 Más que humanista
"La comprensión lectora no solo significa leer un libro por placer, sino finalmente comprender una historia, que es lo que te permite aprender sobre cualquier área del conocimiento. No tiene que ver con algo humanista; incluso las matemáticas dependen de esto. Es así de relevante".
Francisca del Río, académica de la Facultad de Educación UDP.
"No se puede empezar a trabajar en mejorar la comprensión lectora a partir de cuarto básico, que es cuando se comienza a notar su falta. Los papás o profesores pueden desde antes ver revistas con sus niños y comentarlas. Eso sirve más, que tratar de hacer que usen palabras sofisticadas que no entienden".
Katherine Strasser, académica de la Facultad de Psicología UC.
Vínculos
No significa que sean incorrectas, pero las académicas Antonia Larraín y Katherine Strasser recomiendan que los profesores no solo se enfoquen en hacer preguntas abiertas a sus alumnos después de una lectura. "Todas las preguntas que usen conjunciones como "por qué" o "para qué" son preguntas de coherencia, apuntan a las relaciones ente los elementos dentro de un texto y según nuestros estudios van a tener un impacto positivo en la comprensión", dice esta última.
Larraín también recomienda hacer preguntas sobre los estados psicológicos de los personajes para formar vínculos entre la historia y aquellas emociones que los niños conocen, como la pena, la felicidad o el susto.

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