En dos años, la Conaf ha logrado recuperar 2.100 ha de las 22 mil existentes en la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal.

Innovador plan de manejo empieza a revivir bosque de tamarugos de Tarapacá


por Davied Jaime
Diario El Mercurio, sábado 24 de agosto de 2013

En medio del Desierto de Atacama, un bosque de 22 mil ha de tamarugos ( Prosopis tamarugo) sobrevive a duras penas. Son cerca de 17 millones de árboles plantados por la Corfo entre 1964 y 1970 en los tres lotes de la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal, ubicada en Tarapacá (ver infografía), los que tras más de medio siglo enfrentan un proceso de deterioro masivo.
Árbol endémico del desierto, estuvo a punto de extinguirse por su uso como combustible durante el auge del salitre, pese a que en el pasado llenaba los paisajes de Tarapacá (del aimara Tarapacá, o selva enmarañada).
Hoy, este bosque, pronto a cumplir 50 años, enfrenta un período de deterioro masivo por 30 años de abandono y falta de manejo adecuado. Fue afectado por una plaga y muchos de los árboles se están secando, lo que llevó a que Conaf interviniera hace dos años para salvarlos.
Para ello, dice Sergio Barraza, el ingeniero forestal a cargo de la reserva, idearon una sistema único: la técnica del "árbol padre" o relevo selectivo, que ya les ha permitido recuperar cerca de 2.100 ha de bosque.
Como los tamarugos tienen cuatro troncos, se elige el mejor de estos y se cortan los otros tres, con una técnica que impide que estos últimos se sequen y mueran. Así se mantiene la humedad que captan sus raíces, mientras que el tronco que sobrevive se vigoriza.
Alrededor de este "árbol padre" de unos 7 m de altura, y bajo su sombra, se plantan nuevos árboles con alturas de 30 cm a un metro, provenientes de un vivero en que germinan las semillas recolectadas en los mejores ejemplares del mismo bosque. Un trabajo que ha sido observado por especialistas de diversos países de Sudamérica.
Además, en los últimos dos años se han liberado más de 2 millones de insectos que permiten hacer un control de las plagas, logrando más de un 75% de parasitismo efectivo.
Eduardo Vial, director de Conaf, afirma que si bien en el pasado hubo manejos del bosque, no se hicieron en forma sostenida. "En 2010 decidimos meternos acá y proponer una solución para esta pampa, y está funcionando. Esperamos que esto sea un manejo sustentable para siempre", agrega.
En el trabajo también participan las comunidades aimaras de la zona, en un principio reticentes al proyecto porque hacían carbón con los tamarugos. "Me tiraban piedras, y ahora somos amigos", dice Barraza. Son 20 familias que hoy siguen fabricando carbón, pero con ramas viejas de desecho que pueden sacar de la reserva, en el marco del plan de manejo, para venderlo incluso en supermercados.
17
millones
 de tamarugos fueron plantados por la Corfo en la Pampa del Tamarugal, entre 1964 y 1970, para mitigar el impacto de la minería en la zona.
100.650
hectáreas
 tiene la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal. Ubicada entre Huara y Pozo Almonte, fue creada en 1987.

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