Influenza y manejo de información


El brote de influenza en Tarapacá revela falta de informes técnicos de la Seremi de Salud. Sorprende esta falta de información, en especial cuando Chile fue ejemplo de transparencia en el brote de 2009.

por Ximena Aguilera - 
ES DIFICIL dar una opinión informada sobre la influenza en Tarapacá cuando todo lo que sabemos proviene de la prensa. Existe un número inusualmente alto de fallecidos (en algún momento se superó el nivel de alerta; por lo tanto, hay un brote y existiría una letalidad mayor a la observada en la pandemia de 2009).   

Al momento de escribir esta columna, la Seremi de Salud aún no ha publicado informes técnicos sobre el brote. El reporte nacional (4 de julio) entrega el número de fallecidos del país sin distribuirlos por región; no se ha publicado la curva epidémica de Tarapacá; no sabemos cuándo se superó el nivel de alerta y en qué momento de la evolución del brote estamos. Esto permitiría analizar la pertinencia y oportunidad de las medidas de control. Según la prensa, la demanda asistencial ha bajado esta semana, es decir, el brote estaría cediendo en forma natural.

No estamos acostumbrados a esta falta de información pública, especialmente cuando Chile fue un ejemplo de transparencia durante el brote pandémico de 2009. Lo pude apreciar desde la Organización Panamericana de la Salud, donde coordiné la respuesta técnica a la pandemia en las Américas. Tener a la ciudadanía informada y empoderada respecto de los riesgos a su salud permite establecer relaciones de confianza y garantizar el cumplimiento de las recomendaciones de la autoridad sanitaria. Necesitamos saber por qué hay mayor letalidad en Tarapacá; si eran personas con factores de riesgo, o si se vacunaron o tuvieron acceso oportuno a tratamiento con antivirales. Y algo fundamental: ¿Estamos frente al mismo virus o ha sufrido un cambio (drift) que lo transforma en un virus ligeramente distinto al de la vacuna, reduciendo su efectividad? Preguntas sin respuestas oficiales.

El cierre de eventos de concurrencia masiva siempre es un dilema. Aumentar la distancia social es una de las medidas recomendadas para responder a brotes de influenza -sirve cuando se adopta precozmente-, permitiendo que el aumento de casos sea menos brusco. Si la medida es tardía, la curva declinará producto del agotamiento natural y no de las medidas implementadas. En Tarapacá adelantaron las vacaciones de invierno, pero optaron por vacunar en vez de impedir la aglomeración de la fiesta religiosa.

La vacuna es la medida más importante para prevenir la influenza, siempre que se administre oportunamente y contenga la cepa de virus circulante. Se requieren semanas para lograr el efecto protector. Vacunar durante el peak de la transmisión no tiene sentido, porque muchos ya estuvieron expuestos, y los que no, lograrán protección cuando el brote esté agotado. Además, se distraen recursos asistenciales necesarios para atender a los enfermos, sin contar con la aglomeración de la fila de vacuna, que puede terminar por contagiar a los susceptibles que quedaban.

Finalmente, si alguien está con síntomas respiratorios, debe hacerles un favor a todos y no ir a la fiesta de La Tirana. Si asiste, debe lavarse a menudo las manos, usar alcohol gel y evitar los lugares cerrados. Si se enferma estando allá, usar pañuelos desechables, cubrirse al estornudar, utilizar mascarilla para no contagiar y buscar atención médica.

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