Matrimonio por conveniencia -


  • Bachelet & Velasco‏

El pacto Bachelet-Velasco

Todo indica que Andrés Velasco se está asegurando un ministerio en un eventual gobierno de Bachelet. Ambos han entendido la conveniencia de unir sus fuerzas.

por Andrés Benítez - 15/06/2013 - Diario La Tercera
CONTRA TODOS los pronósticos, que hablaban de una ruptura definitiva, todo indica que Andrés Velasco se está asegurando un ministerio en un eventual gobierno de Bachelet. Los más delirantes dicen que el pacto está firmado desde hace tiempo e incluso le tienen cargo: canciller. Pero, como todo en la vida, lo más probable es que la cosa se ha ido decantando en el tiempo, en la medida en que ambos han entendido la conveniencia de una potencial unión de sus fuerzas.
Visto de esta manera, el debate de esta semana marcó un punto de inflexión clave en esta historia. Tanto por el tono, como por la forma. En cuanto a lo primero, contra todo lo esperado, ambos candidatos, si bien marcaron sus diferencias, se trataron bien, no dejando espacio para recriminaciones. Pero lo fundamental fue el resultado: de acuerdo a las encuestas, Bachelet, si bien sigue liderando ampliamente, salió del debate con menos votos con los que entró. Y el gran ganador fue Velasco, sobre todo en los grupos más moderados. Para Bachelet, un pacto con Velasco hace todo sentido. La ayuda a capturar al votante de centro que ve con cierta desconfianza su discurso más cargado a la izquierda. Logra, de paso, que su nueva mayoría no sea sólo la incorporación del Partido Comunista, sino un candidato que representa la moderación misma. Para Velasco, el negocio también es redondo, porque sabe que la única manera de mantener su vigencia para el 2017 es estar dentro de un potencial gobierno de ella.
Los escépticos a esta teoría señalan que Bachelet no perdona. Que ya rompió con Velasco y que no hay vuelta atrás. Pero en política eso es ficción. Porque aquí no están en juego los sentimientos; este sería un matrimonio por conveniencia. Y si bien la ex presidenta sabe que es la favorita, también sabe que ya no es el personaje intocable de hace un par de meses, cuando todavía estaba fuera. Porque la realidad es que si bien llegó como presidenta electa, hoy es sólo la candidata más votada. Y como ella repite y repite que quiere ganar por una amplia mayoría, entonces el ambiente no está para pataletas ni pasadas de cuenta.
En esto no hay que olvidar que los candidatos a las primarias están comprometidos a trabajar por quien resulte electo. Velasco ha dejado en claro que está dispuesto a ello, pero que quiere intervenir en el programa. Ahí puede haber ciertas fricciones, pero no cabe duda que, al final, Bachelet tendrá que ceder a las pretensiones del candidato independiente como también a las de la Democracia Cristiana.
Un punto adicional en todo esto es la penetración que tiene Velasco en ciertos sectores de derecha que han manifestado su intención de votar por él en las primarias, como una forma de dañar a Bachelet. Si bien al final este siempre es un grupo reducido, ha encendido cierta alarma en los candidatos de derecha, quienes advierten que lo único que logra aquello es consolidar la votación de la oposición en las primarias. En otras palabras, es un mal negocio. Pero esto se hace aún más incomprensible si existe la posibilidad de un pacto entre ellos, algo que cada día aparece como más evidente. En esas condiciones, votar por Velasco es lo mismo que votar por Bachelet.

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