Progreso para atrás



Columna del día

Woody, Michael Jackson y los progresistas

Diario El Mercurio, Sábado 04 de mayo de 2013

Gerardo Varela

"Como parece que nos olvidamos, les voy a contar la historia de Chile al revés. Malas ideas de intelectuales manipuladores se transforman en buenos eslóganes que se toman la calle. los políticos, salvo excepciones, son seguidores de la calle y agarran vuelo..."


Woody Allen nos invita a reflexionar sobre lo genial que sería vivir la vida al revés:

"En mi próxima vida quiero vivir de atrás para adelante, empiezas muerto y resucitas, despiertas como un viejo pero te sientes mejor cada día. Te echan del asilo por estar demasiado sano, cobras tu pensión y entonces empiezas a trabajar. El primer día te hacen una fiesta y te regalan un reloj de oro hasta que 40 años después eres suficientemente joven para retirarte. Te dedicas a la juerga, el alcohol y vives una vida promiscua hasta que estás listo para el colegio, donde te transformas en niño, y juegas sin responsabilidades; pasas a ser guagua hasta que naces. Entonces vives 9 meses en un spa, flotando con comida a voluntad y calefaccionado hasta que ¡Voilá! terminas en un gran ¡Orgasmo!".

Escuchando el discurso político de moda me da la impresión de que está transitando peligrosamente hacia el delirio de Woody, pero esta vez es en serio.

Chile ya tuvo universidad gratuita y era elitista, de mala calidad y financiada por todos los chilenos, incluyendo los que no estudiaban.

Chile ya tuvo un sistema electoral proporcional y era inmanejable, el Presidente estaba siempre en minoría y había amplio espacio para las minorías extremistas que extorsionaban a las mayorías moderadas y las obligaban a extremarse también.

Chile ya tuvo sistemas de pensiones "solidarios" estatales y fracasaron. Los fondos se los gastaron los políticos de turno, la inflación y los grupos de interés.

Chile ya tuvo un Estado empresario y fue un fracaso. Funcionaba con administradores irresponsables, crecía a costa de la libertad de los privados; era un competidor desleal porque no quebraba y era ineficiente porque operaba a costos monumentales.

Chile ya tuvo una Constitución Política que las mayorías transitorias podían modificar a su amaño y que se transformó en un instrumento de opresión, y anarquía.

Chile ya tuvo gremios y sindicatos nacionales poderosos, con cúpulas responsables ante nadie e irresponsables ante Chile.

Como parece que nos olvidamos les voy a contar la historia de Chile al revés. Malas ideas de intelectuales manipuladores se transforman en buenos eslóganes que se toman la calle, los políticos, salvo excepciones, son seguidores de la calle y agarran vuelo. Le entregan más poder al Estado para que lidere el desarrollo. El Estado, como es permeable a presiones, empieza a crecer, porque no sabe decir que no. Como es lógico, necesita financiamiento, entonces tiene que extraer rentas del resto. Primero se endeuda hasta que no le prestan más; después crea monopolios en "sectores estratégicos", gasta la plata de las pensiones, prometiendo devolverla, pero todavía no le alcanza, entonces emite dinero y genera inflación extrayendo riqueza de los pobres sin contarles, pero tampoco es suficiente. Entonces empieza a expropiar, los campos primero, la minería después para terminar con la industria, todo por supuesto con un trasfondo de alzas impositivas en que, so pretexto de cobrarles más a los ricos, en realidad empobrece a todos los chilenos. Pero nunca le alcanza. Los chilenos ya no pueden andar solos y libres por la calle, necesitan protección de las patotas y todos entran a los partidos, gremios empresariales, colegios profesionales, logias y sindicatos. La economía se estanca, Chile se empobrece y el mercado se transforma en un juego de suma cero en que cualquier riqueza se logra a costa de la pobreza de otro.

Al deterioro económico le sigue un deterioro institucional y a éste el político. Esa vida de "progresismo" la vivimos y es por la que están transitando Argentina y Venezuela. Francamente el refrito de ideas progresistas que se escuchan, desde la AFP estatal hasta la nueva Constitución, pasando por la estatización del cobre, me parecen como el "moonwalk" de Michael Jackson, es sólo una ilusión óptica de que se avanza cuando en realidad se va retrocediendo.

Me temo que vivir nuestra historia hacia atrás, termina también en un "Grand Finale" pero menos feliz que el de la alegoría de Woody.

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