Las curvas de la vida" | |||
Ernesto Garratt V. Diario El Mercurio, Wikén, viernes 23 de noviembre de 2012 http://diario.elmercurio.com/2012/11/23/wiken/lascriticas/noticias/2FC21918-1F57-44AC-9140-AFFBDC5DF70B.htm?id={2FC21918-1F57-44AC-9140-AFFBDC5DF70B} Hace cuatro años que Clint Eastwood no actuaba. Desde "Gran Torino" (2008) que el señero director/actor no hacía nada frente a las cámaras y en este filme de su compañía Malpaso, y bajo las órdenes de Robert Lorenz, su eterno director asistente, Eastwood hace un rol de su especialidad y cosecha: hombre maduro, encarando la vejez con dignidad. Eastwood es Gus, un anciano cazatalentos de jugadores de béisbol con una visión defectuosa y quien trata de disimular sus falencias físicas para mantenerse vigente en su trabajo. La primera escena de la película nos muestra un sueño de Gus/Eastwood: un caballo que corre de frente y él despierta incómodo. Es una pesadilla y de algún modo el símbolo de la carrera de un lobo solitario, viudo y con una hija en los 30 años lejana e independiente: Mickey (Amy Adams en un papelazo), abogada ambiciosa, que quiere ser socia de una oficina de hombres de leyes y cuya vida es trabajo, trabajo y trabajo. Padre e hija, separados por cicatrices emocionales, dolores y traumas, se juntan unos días. Gus, casi sin visión para juzgar a los jugadores novatos, acepta a regañadientes la ayuda de su hija, experta por la fuerza de la experiencia en el negocio del béisbol, pues la presión es grande: la gente más joven usa computadoras, quieren jubilar a Gus y su contrato expirará pronto. En las antípodas de "Moneyball", donde Brad Pitt era el gerente de un equipo de béisbol que usa la computación para triunfar, acá el reclutamiento deportivo está hecho a escala humana, en base a detalles humanos y sensoriales. Sin estar dirigida por Eastwood, "Las curvas de la vida" tiene todos los códigos y moral de una película de su autoría: una pequeña gran cinta sobre lo que significa ser un lobo solitario, un duro crepuscular y llevar el cargo con dignidad. Emotiva, aunque tal vez muy de fórmula (Justin Timberlake cae parado como el "enamorado" de Mickey), esta aventura funciona y tiene buenos momentos como cuando Eastwood pisa el cementerio y brinda una cerveza en la memoria de su difunta mujer. Es su nuevo coqueteo con la muerte, como ya lo hizo desde la silla del director con "Más allá de la vida". "Trouble with the Curve". Drama. 2012. EE.UU. 111 minutos. T.E. |
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