Migración silenciosa y casi invisible...‏



Haciendo abstracción del mundo microscópico, es impresionante la cantidad y diversidad de pequeños objetos que el viento transporta.  Es conocida las desagradables reacciones que produce el polen, el polvo y otras partículas en suspensión que circulan por el aire.  Esta migración silenciosa deja registro, al igual que los insectos y otros invertebrados comentados en un texto anterior, al quedar atrapados, por ejemplo, en la superficie del agua de piscinas, particularmente en lugares agrestes, donde el transporte masivo de fragmentos de hojas, semillas, pétalos de flores, pelusas, pequeños trozos de hierba, pelusas, pequeños plumones de aves, diversos tipos de polen, etc., dan cuenta de una intensa actividad que está ocurriendo constantemente en ese «pseudo espacio vacío» ocasionalmente interrumpido por el vuelo de un ave, una mariposa, una abeja, un helicóptero, una avioneta, un planeador, o muy ocasionalmente un parapente.
Sin embargo, el tráfico aéreo es altísimo, particularmente en primavera, aunque en gran parte silencioso, como las migraciones de ciertas rapaces, como el llamado Aguilucho chico (Buteo albigula) que aparece en octubre
En nuestro territorio, proveniente de regiones más meridionales de América del Sur, para distribuirse por la zona centro-sur con el objetivo de reproducirse acá, antes de regresar en el otoño austral a climas más cálidos. Lo hemos divisado en Altos de Chicauma en Lampa, y hay amigos que han estudiado su comportamiento en época de crianza, anudamiento, etc.,  en la cordillera de Nahuelbuta. En una ocasión, con un grupo de la Red de Observadores de Chile (ROC), vimos desde la cumbre del cerro Guayacán,
en San Carlos de Apoquindo, pasar en absoluto y sobrecogedor silencio, contrastando sus siluetas contra el fondo nevado de las altas cumbres andinas, cuatro ejemplares de esta especie.  Pero hay avistadores mejor informados, que han visto bandadas de estas rapaces, por decenas e incluso centenas, en el camino a Farellones, haciendo ingreso al país sin pasar por aduana, ni el SAG, ni teniendo nada que declarar, excepto la maravilla misma de la naturaleza evolutiva adaptándose naturalmente a las condiciones del planeta, aunque teniendo dificultades para adaptarse a los cambios antrópicos vertiginosos, la mayoría de las veces, poco sabios, los que de continuar, producirían una extinción masiva de especies de aquí a fin de siglo, con consecuencias devastadoras para nuestros descendientes, ya que una cosa es tener la capacidad para alterar y manipular desde ecosistemas al genoma y otra muchísimo más complicada, es intentar hacer sintonía fina, para corregir la multitud de consecuencias no deseadas que eventualmente se desencadenarían al romper la delicada y compleja trama de la vida que nos sostiene...

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