Tres cartas más en torno a la Carta Pastoral‏



DIARIO EL MERCURIO
Cartas 
Miércoles 24 de Octubre de 2012 
Carta Pastoral

Señor Director:
Ha sido muy interesante la reflexión, en estas páginas, sobre la enseñanza social de la Iglesia, a propósito de las luces que aporta laCarta Pastoral de mis hermanos obispos del Comité Permanente.
En medio de innegables progresos y avances que la Iglesia reconoce y valora, es fundamental identificar los desafíos que enfrentamos como sociedad para seguir caminando hacia un desarrollo humano integral. Esto es parte de la misión de la Iglesia.
Permítame contribuir con una cita del Papa Benedicto XVI, en su libro Jesús de Nazaret, del año 2007, que bien nos ayuda a entender mejor la palabra profética de los obispos. Dice el Santo Padre: “Ante el abuso del poder económico, de las crueldades del capitalismo que degrada al hombre a la categoría de mercancía, hemos comenzado a comprender mejor el peligro que supone la riqueza y entendemos de manera nueva lo que Jesús quería decir al prevenirnos ante ella, ante el dios Mammón, que destruye al hombre, estrangulando despiadadamente con sus manos una gran parte del mundo”.

¡Cuán lejos estamos de conocer la profundidad y la actualidad de la Doctrina Social de la Iglesia!
Manuel Camilo Vial Risopatrón
Obispo de Temuco
Presidente Pastoral Social Caritas Chile
Cartas 
Jueves 25 de Octubre de 2012 
Benedicto XVI y el mercado

Señor Director:
Con mi última carta pensaba terminar mi participación en este debate; sin embargo, la que envió ayer el obispo Manuel Camilo Vial me hizo cambiar de opinión, arriesgando agotar a los lectores.
Como primera cuestión, es interesante destacar que a diferencia de lacarta pastoral, monseñor Vial reconoce un "innegable progreso", el que, cabe concluir, atribuye a nuestro modelo económico. Luego, monseñor Vial cita el libro "Jesús de Nazaret", de Benedicto XVI, en el que el Santo Padre advierte sobre el abuso de los poderosos y sobre esa especie de capitalismo "que degrada al hombre". Aquí es necesario enfatizar que el Papa Benedicto XVI no formula una condena general al libre mercado que Juan Pablo II reconociera como motor del progreso, sino a una determinada visión anticristiana y materialista del mundo que adora la riqueza -Mammón-, como si no existiera nada que la trascienda.
De hecho, la reflexión citada por monseñor Vial es desarrollada en el contexto de una crítica a la filosofía atea de Nietzsche, quien atacó la moral cristiana por considerarla un "crimen contra la vida", al negar "el reino de la Tierra". Pero eso nada tiene que ver con el libre mercado, el cual es totalmente compatible con una profunda ética cristiana, como dejó claro Max Weber en "La ética protestante y el espíritu del capitalismo".
A lo que Benedicto XVI se refiere es a una perversión del espíritu humano, a la ausencia de Dios y de un sentido de trascendencia, explicando que la tentación del demonio consiste en ofrecernos un mundo "planificado y organizado... cuyo contenido esencial es la adoración del bienestar y la planificación racional".
La crítica es así enteramente aplicable, no sólo a los beneficiarios del capitalismo mercantilista explotador que se ve en muchas partes y que, por cierto, es contrario al libre mercado, sino fundamentalmente a la promesa del Estado de Bienestar realizada por el socialismo que, como sabemos, es la filosofía materialista por excelencia.
Esto explica por qué libertarios como Jesús Huerta de Soto han visto en el mismo libro una crítica devastadora al Estado y al poder político. En efecto, según la lectura que hace Huerta de Soto en "Liberalismo versus anarcocapitalismo", en el libro de Benedicto XVI, Estado y poder político se perfilan como "la encarnación del Anticristo" o, para decirlo de otro modo, como promotores de la oferta nietzscheana del "reino sobre la Tierra".
Por último, es interesante notar que el mismo Benedicto XVI aclara en el libro que su contenido "no es en modo alguno un acto magisterial", añadiendo enseguida que "cualquiera es libre de contradecirme". Así, el Santo Padre nos deja abierta la discusión.
AXEL KAISER

Cartas 
Jueves 25 de Octubre de 2012 
La carta de los obispos

Señor Director:
Creo que el debate sobre la Carta Pastoral de los obispos, sostenida entre un grupo de profesores de la U. Católica con el señor Axel Kaiser, ya no da para más. La palabra de los obispos, para todos los creyentes, está inspirada en la ética que deriva de la doctrina de Cristo, y que es válida para todos los ámbitos del quehacer humano. Para el señor Kaiser, debe ser muy difícil comprender la intención de esta Carta Pastoral; ya que por lo que dice, queda claro que su doctrina es la de Adam Smith y Milton Friedman.
El hecho de que el Papa Juan Pablo II pueda haber dicho que el sistema de libre mercado no contradice la doctrina social de la Iglesia, no indica que lo expresado por los obispos esté en contradicción con lo dicho por el Papa, ni mucho menos que conduzca a la absurda conclusión de que ellos estén contra la Iglesia. Los obispos no se pronuncian a favor ni en contra de ninguna tendencia política, lo que a ellos les preocupa son los abusos a los que puede llevar el sistema de libre mercado sin control: lo que atenta contra la justicia y la caridad cristiana.
Tampoco indican sus palabras que estén predicando el estatismo como sistema político; ellos mencionan al Estado como un medio para contrapesar los abusos del sistema capitalista.
SYLVIA SOUBLETTE

2 comentarios:

  1. “Ante el abuso del poder económico, de las crueldades del capitalismo que degrada al hombre a la categoría de mercancía, hemos comenzado a comprender mejor el peligro que supone la riqueza y entendemos de manera nueva lo que Jesús quería decir al prevenirnos ante ella, ante el dios Mammón, que destruye al hombre, estrangulando despiadadamente con sus manos una gran parte del mundo”.

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  2. Un comentario más acerca de la Carta Pastoral‏


    Cartas
    Diario El Mercurio, Viernes 26 de Octubre de 2012
    http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/10/26/carta-pastoral-2.asp
    Carta Pastoral

    Señor Director:

    Ante los últimos planteamientos surgidos en este intercambio epistolar, en primer lugar quisiéramos advertir que jamás hemos negado el valor de los pensadores escolásticos. Ciertamente pueden rescatarse los principios contenidos en sus reflexiones, pero recordando que fueron aplicados a realidades totalmente distintas. Lo que no resulta lógico, insistimos, es acusar ignorancia de la tradición católica ignorando, a su vez, el magisterio social del último siglo.

    Precisamente nuestra inquietud radica en que el señor Kaiser, independiente de sus intenciones, interpreta de manera artificiosa la enseñanza social de la Iglesia, escolásticos inclusive. Ello queda de manifiesto cuando sostiene que "la tradición católica cuenta con una vasta tradición liberal representada por los escolásticos", porque la excelente fundamentación que éstos hacen del mercado, referida al bien común y no a la mera búsqueda del propio interés, es muy distinta a la realizada por el liberalismo clásico.

    Más artificiosa aún resulta la argumentación de Kaiser en relación a Juan Pablo II. Nadie podría desconocer su lucha contra los regímenes totalitarios de raigambre comunista, pero ello no lo lleva a aceptar cualquier tipo de capitalismo. En Centesimus annus , efectivamente Juan Pablo II valora positivamente la economía de mercado y la libre iniciativa económica, pero también afirma que "se puede hablar justamente de lucha contra un sistema económico, entendido como método que asegura el predominio absoluto del capital, la posesión de los medios de producción y la tierra, respecto de la libre subjetividad del trabajo del hombre.

    En la lucha contra este sistema no se pone, como modelo alternativo, el sistema socialista, que de hecho es un capitalismo de Estado, sino una sociedad basada en el trabajo libre, en la empresa y en la participación. Esta sociedad tampoco se opone al mercado, sino que exige que éste sea controlado oportunamente por las fuerzas sociales y por el Estado, de manera que se garantice la satisfacción de las exigencias fundamentales de toda la sociedad" (CA, 35).

    En definitiva, la doctrina social católica jamás ha negado la importancia del mercado, pero comprende que es un instrumento al servicio de bienes mayores y que, como tal, es incapaz de generar por sí solo el sustrato moral que requiere para su buen funcionamiento. Por ello no sorprende la perspectiva realista -y no ideológica- de Benedicto XVI en Caritas in veritate , al recordar la importancia del mercado, del Estado y de la sociedad civil en la configuración de la sociedad.

    Claudio Alvarado
    Abogado

    Eduardo Galaz
    Sociólogo

    Matías Petersen
    Magíster en Filosofía

    Cristián Ugarte
    Magíster en Economía

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