El diseñador tras la aplanadora que remece la Feria Ch.ACO


Sebastián Errázuriz, el mismo que en 2005 subió una vaca a la azotea de un edificio, vuelve con una instalación sobre la discapacidad.
por Denisse Espinoza

En 2005, la repentina aparición de una vaca pastando sobre una azotea impactó a los vecinos del barrio El Golf. No se trataba de la publicidad de una marca de leche ni de un nuevo habitante en la comuna. La escena era montada por Sebastián Errázuriz (35), un diseñador que quería invitar a reflexionar a las personas sobre la matanza indiscriminada de animales. Fue su primera intervención de arte urbano, pero no la última.
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Con un pie en el diseño y otro en el arte, Errázuriz se ha convertido en uno de los artistas más prometedores de Nueva York, donde vive desde 2006. Revistas especializadas como ID hasta medios como The New York Times han reseñado sus obras, y sus objetos de diseño se han disparado en el mercado.
Ahora vuelve a Chile con otra obra impactante: en la Feria Ch.ACO, en Estación Mapocho, exhibe hasta el lunes Accesibilidad, donde una aplanadora pasa por encima de un hombre cortándole sus piernas. No es un muñeco ni un espejismo. Debajo de la máquina hay un sujeto real que nunca tuvo sus extremidades inferiores. “Es una metáfora sobre el peso que soportan los discapacitados cada día. No es una imagen chocante porque sí, el impacto ayuda a detenerse y mirar la realidad desde otra perspectiva”, explica el artista.
Apoyado por el Comité Olímpico de Chile, Errázuriz consiguió que dos atletas paraolímpicos participaran en su instalación: Francisco Cayulef y Patricio Santander, quienes se turnan para estar bajo la aplanadora. “Quería trabajar con personas que hubiesen superado su discapacidad, que entendieran el papel que juegan en la obra. Claro que habrá críticas malas, pero aquí no hay nada falso, estamos poniendo el foco en un problema”, dice Errázuriz.













La instalación es la primera de una serie de tres con las que el artista participará de Hecho en casa, el primer festival de intervención urbana, organizado por el colectivo de arte local Bla!, que se hará entre el 16 y 25 de noviembre en las calles de Santiago, y donde estarán también la Brigada Ramona Parra y el peruano Eliot Tupac.
En los últimos años, el chileno ha hecho unos 300 proyectos de arte y diseño. En la Feria de Diseño de Londres acaba de mostrar, la semana pasada, una lancha con forma de ataúd, un matamoscas con la palabra DIE (muere) y un cubrechimenea con la imagen del Palacio de La Moneda. Sus objetos se comercializan en ediciones limitadas entre coleccionistas ansiosos de piezas originales, nunca antes vistas. “Es el diseño el que me permite financiar estos proyectos de arte que me obsesionan y por los que no gano nada”, cuenta Errázuriz. “El humor es clave para hacer del arte un lenguaje más democrático. La vida es tragicómica tanto para el que está muriendo como para el que triunfa”, agrega.
Por estos días, el artista expone en el Museo Contemporáneo de Finlandia y acaba de lanzar un libro que compila su trabajo y que incluye obras de arte público como el magnolio que plantó en 2007, en medio del Estadio Nacional, o las 1.100 cruces que instaló cerca del puente de Brooklyn, en 2009, y que simbolizan a las personas que mueren cada semana en Nueva York

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