Símbolo


Cartas 
Diario El Mercurio, Domingo 02 de Septiembre de 2012 


Señor Director
Concordando en que el resultado de la intervención en la pintura "Ecce Homo" terminó por convertirla en un grotesco borrón, al menos rescato que la intención de la persona que provocó el problema no fue precisamente dejar la imagen de Cristo desfigurada. Estimo que quizás sea simbólico el hecho de que ocurra en un país de fuertes raíces cristianas donde con toda programada intención en los últimos años se ha buscado legislar, desdibujar su doctrina a fin de borrar todo vestigio de Cristo.
¿Qué sucedió para que se hubiese mantenido por años la total indiferencia ante una pintura tan deteriorada y por qué hoy hay verdaderas peregrinaciones de gente dispuesta a tomarse una foto para reírse ante este horrible percance?
Claudio Urzúa Vial
Artista pintor

El rostro de Jesús

Para restaurarnos a la santidad primera
y para rescatarnos del pecado y de la muerte,
el Señor permitió que toda nuestra iniquidad
se descargara sobre Él hasta desfigurarlo
y hacerlo irreconocible.

Eso es lo que el pecado hace con nosotros:
nos hace irreconocibles como hijos de Dios.

Pero el Señor, el Hijo de Dios, 
sin pecado alguno, pura gracia, 
se hizo uno de nosotros,
y cargó con todas nuestras culpas
y soportó todos los dolores y vejaciones
-más inocente que el más inocente de los niños-
y con su sacrificio lo transformó todo.

La infinita misericordia de Dios
se conmueve ante el estado tan lamentable
y desvalido en que nos encontrábamos.

Tanto amó Dios al mundo que envió a su propio Hijo.

En vez de burlarnos de esa pobre y bien intencionada mujer,
sería mejor dejar que el Señor restaure nuestra alma,
arrepintiéndonos de todo corazón y suplicando su perdón
para que se trasluzca el verdadero rostro de Cristo 
en cada uno de nosotros y podamos adorarlo,
sumergidos en la fuente del inextinguible Amor
por toda la eternidad.

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