La figura de un ex presidente...‏



El show de los ex presidentes

Los ex presidentes, salvo Aylwin, han aportado poco o nada. Bachelet no habla, y Lagos se ha convertido en un personaje muy menor en la política nacional.

por Andrés Benítez - Diario La Tercera  29/09/2012 - 04:00
LA FIGURA de un ex presidente es siempre importante. Se trata de personas que le dan prestancia a la política, donde sus opiniones son escuchadas con respeto, por cuanto aportan experiencia y prudencia. Ellos saben lo difícil que es gobernar, por lo que se espera sean una suerte de moderadores de la contingencia y guardianes del espíritu republicano que debe guiar a los países.
Bill Clinton, cuando vino a Chile, lo dejó claro. Al ser consultado por qué nunca criticaba a su sucesor, George W. Bush, señaló que su papel no era ese. Que él, si bien no compartía muchas cosas, entendía que su rol era colaborar con el entendimiento político y no con los conflictos.
Pero en Chile sucede al revés. Por ausencia o por incontinencia, los ex presidentes, salvo Aylwin, han aportado poco o nada. Partiendo por Bachelet, que se ha convertido en un verdadero fantasma. No habla, no aparece, nadie sabe de ella, pero a la vez juega con la idea de ser candidata, mandando mensajes y recados, como lo hizo esta semana con su madre. Todo esto es una contradicción en sí misma. Chile ha vivido discusiones fundamentales en estos años, y ella ha preferido restarse. De seguro es por razones estratégicas, lo que no deja de ser cómodo, pero también sospechoso. ¿Teme acaso que sus opiniones le quiten popularidad? Si es así, no se entiende cómo pretende volver a ser presidenta, toda vez que su rol será precisamente tomar decisiones impopulares.
Por otra parte, escudarse en su cargo en la ONU para no hablar es demasiado burdo, toda vez que otros, en similar condición, como José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, no tiene problemas en opinar cuando es requerido. En suma, el silencio de Bachelet no es prudencia; es negarse a asumir el rol que le corresponde.
Lagos es lo inverso. Habla demasiado y lo suyo, en vez de contener, es provocar. Cada vez que alguien critica su gobierno, dice que la derecha no le había dejado gobernar, lo que es patético. Esta semana, para colmo, denunció una supuesta colusión de los bancos en el Crédito con Aval del Estado. En esto, olvidó un detalle: el crédito lo inventó él y no hizo nada cuando le correspondía. Por ello, en esta oportunidad, como en otras, le fue mal. Incluso, el presidente de la Fech, Gabriel Boric, lo descalificó. “Que siete años después, con un oportunismo insólito, venga a acusar de colusión a los bancos me parece incoherente. A uno lo deja sin palabras”, dijo. Así las cosas, Lagos ha ido minando su prestigio hasta convertirse en un personaje muy menor en la política nacional.
Frei nunca habló demasiado, ni siquiera cuando era presidente. Ahora, sin embargo, como senador, se ha convertido en una suerte de censor de cualquier iniciativa que proponga el gobierno, el que bloquea los acuerdos, justo lo contrario de lo que se espera de un ex mandatario. Y justo al revés de lo que pedía cuando era mandatario.
Aylwin es un caso aparte y el  único que encarna lo que se espera de un ex presidente. Un hombre moderado, que tiene opiniones claras, pero que siempre busca el entendimiento. Que no duda en recibir a Piñera en su casa, como lo hizo esta semana, porque lo que prima en él es su espíritu republicano. Por algo es considerado uno de los mejores ex presidentes de Chile, al igual que Clinton lo es de los Estados Unidos.
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Comment:  En alguna oportunidad alguien alabó el rol que le cupo como mediador a Jimmy Carter, con posterioridad a su mandato.  Alguien comentó con ironía: «Lástima que no haya pasado directamente al rol de ex mandatario, sin pasar por el de presidente».
Aquí tal vez podría decirse, de más de alguno, que es una lástima el durante y el post mandato.

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