La belleza siempre
ha estado asociado a la estética,
aunque la belleza matemática, por ejemplo,
según algunos prescinda de la estética.
Muchos consideran a la belleza
como un bien social,
más que una cuestión ética.
El utilitarismo
no basta para calificar
de bello, las más de las
veces conspira contra la belleza.
Buckminster Fuller decía que cuando
trabaja está enfocado en que funcione,
pero al final si el resultado no es bello,
sabe que está mal.
Volviendo a la matemática,
a veces sólo un paso,
apenas perceptible,
de un teorema es bello
y la secuela deja de serlo
debido a la vehemencia de la deducción.
Elegancia y belleza difieren también.
La elegancia pasa por el gusto,
que puede coincidir con ciertos
patrones de belleza.
Pero la belleza misma
no se deja atrapar en un molde.
La belleza no pasa por lo lindo,
decía Adolfo Couve.
En la misma línea de Germán del Sol
afirma que la belleza no está en las apariencias.
Otros intentan unir la verdad con la belleza,
pero cuando tienen que escoger optan por la belleza
como criterio de búsqueda de la verdad.
Dejemos que los poetas hablen:
Jura decir la verdad,
nada más que la belleza
y solamente el amor.
Lo que la imaginación concibe como belleza
debe ser verdad, existiera antes o no.
Y también a los científicos:
Lo que es inteligible es también bello.
Hay belleza en la armonía del conjunto
y también en el contraste inesperado
de dos cosas que nunca pensamos
que estaban misteriosamente vinculadas.
La belleza (al menos en este mundo)
no es posible poseerla, está para ser contemplada.
Y es efímera, como un atardecer,
o como la belleza de una mujer
que con los años puede, con sabiduría,
transmutar en otro tipo de belleza
más conmovedora y más sutil.
No dejemos que la belleza escape,
exclamaba Vicente Huidobro
al contemplar a una bella
de los años veinte o treinta
subir al tranvía…y partía
corriendo tras la huella
de la vía férrea urbana
seguido de cerca por
algunos jóvenes poetas,
con el ímpetu de
lo que perciben
que la belleza misma
se está escapando para siempre…
La verdadera belleza que oriente hacia lo bueno.
La belleza sublime que trasciende lo bonito.
La belleza que distingue entre lo gratuito y lo barato.
La belleza es una figura del lenguaje
construida para indicarla.
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