En tamaño estamos a mitad de camino entre los átomos y las estrellas.
El diámetro de un átomo es al diámetro de una manzana
como el diámetro de una manzana es al diámetro de la Tierra.
El número de átomos que conforman una manzana
es equivalente al número de manzanas que caben
en el volumen de la Tierra apretujados de esta fruta.
A su vez, el número de estrellas que se encuentran
en el universo visible es equivalente al número
de pelotas de baloncesto que caben
en el volumen de nuestro planeta.
El número de átomos en un dedal de agua
es de unos 100.000.000.000.000.000.000.000 (10ˆ23)
-el famoso número de Avogadro.
Este número es mayor que el número de gotas de agua
que hay en todos los lagos y ríos del mundo.
Muchos de los átomos de nuestro organismo
son casi tan antiguos como el universo mismo,
pasando y reciclando por innumerables hospederos,
tanto vivientes como no vivientes.
Por ejemplo, cuando respiramos,
sólo algunos de nuestros átomos
que inhalamos son expulsados
en la siguiente respiración.
Los restantes se quedan en el cuerpo
para formar parte de uno, y después
abandonan nuestro organismo
por diversos medios.
Son en cierta forma prestados.
Todos compartimos
la misma reserva de átomos,
porque los átomos siempre
están migrando por el entorno,
dentro de nosotros,
entre nosotros.
Así algunos de los átomos
que se desprenden
al rascarnos la nariz
pudieron formar parte
de un vecino que ayer
se rascó la oreja.
Los átomos se encuentran
en un estado de movimiento
perpetuo. Nunca se están quietos.
En la atmósfera, encontramos
moléculas de oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono
principalmente, que se desplazan
en torno a nosotros con una velocidad
de hasta 10 veces la rapidez del sonido.
Las moléculas se difunden rápido,
por lo que el oxígeno que nos rodea
hoy pudo haber estado a miles
de kilómetros hace unos pocos días.
Hay tantos átomos que la cantidad
de ellos que salen aproximadamente
en cada exhalación es igual a la
cantidad de respiraciones
que llenarían la atmósfera.
Dentro de algunos años
cuando nuestra respiración de hoy
se integre y mezcle totalmente
en la atmósfera terrestre,
quienquiera que se encuentre respirando
en ese momento tomará, en promedio,
uno de los átomos de una de las exhalaciones
que efectuamos hoy.
De la misma forma muchos de los
átomos que estuvieron alguna vez
en los pulmones de otros
han sido también parte de uno.
En cada una de nuestras inhalaciones
respiramos átomos que alguna vez
formaron parte de todos los que han
vivido alguna vez.
En cierto sentido, nos estamos
respirando unos a otros.
Estamos más conectados
que lo que la globalización
y la tecnología comunicacional sugiere...
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