Inmigración


por Adolfo Ibáñez 
Diario El Mercurio, Lunes 30 de Julio de 2012
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/07/30/inmigracion.asp 

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El tema de atraer inmigrantes ha inquietado a nuestros gobiernos desde antes de la Independencia. Comenzó con Ambrosio O'Higgins y su empeño por colonos irlandeses para repoblar Osorno en 1796. Desde entonces quedó planteada la idea de traer personas laboriosas y que fueran, además, agentes de civilización. Se consideraba que nuestra población era inadecuada debido a su carácter indolente, mestizo y bárbaro. Se pretendía desterrar estos rasgos mediante el aporte de gente superior proveniente de la Europa del centro-norte. Se desechó completamente a los ribereños del mar Mediterráneo, por considerárselos la antítesis para alcanzar la modernidad.
Con este fin se elaboraron acuciosos reglamentos que dirigieron la colonización de Llanquihue, Valdivia y la Araucanía entre 1850 y 1890. El aporte de esos colonos fue muy gravitante y su benéfica herencia se palpa hasta el presente. Sin embargo, la política restrictiva hacia la inmigración nos privó de habernos beneficiado con los grandes contingentes que en esos mismos años incrementaron la riqueza y cambiaron de categoría a Argentina, Brasil y Estados Unidos.
A fines del siglo XIX comenzaron a llegar en forma espontánea personas de las naciones mediterráneas, los países vetados: españoles, italianos, croatas, libaneses, sirios y palestinos. Fueron sólo inmigrantes, pues no tenían el aura para ser colonos. En la actualidad, transcurrido un siglo, bien conocemos el tremendo aporte que han realizado a nuestro país.
En este momento, el gobierno se apronta a definir una nueva "política" de inmigración. Tal como antaño, ha renacido el afán reglamentista y burocrático. Se creará un Consejo de Política Migratoria en el que participarán siete ministerios. Es decir, un asunto de trascendente proyección se verá castrado por el solo hecho de ser considerado como un tema contingente de política interior y sectorial. Nuevamente parece que prevalecerán los iluminados que velarán por la integridad nacional, defendiéndonos de los virus y de las malas juntas.
En Arica, los extranjeros aprovechan las oportunidades, pero la proliferación de reglamentos dificulta la radicación de ellos, y se pierde el beneficio pleno del empuje que aportan. La corriente migratoria actual revela la fuerza de la integración, junto con el intercambio de capitales. El burocratismo y los intereses sectoriales siempre estarán prontos para restar al país la fuerza creativa que aportan los inmigrantes.

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