Ópera de Sydney

Ópera de Sydney distintivo complejo artístico

por Carolina Edwards

Diario El Mercurio, Cultura

Miércoles 27 de junio de 2012

A fines de la década de 1940, el director británico 

de la Orquesta Sinfónica de Sydney, Eugene Goossens, 

planteó que la ciudad necesitaba un edificio 

especializado y digno para la ejecución de la ópera. 

Años más tarde, este planteamiento dio origen 

a un concurso internacional de arquitectura 

al que se presentaron 222 proyectos, de 30 países. 

El ganador fue el arquitecto danés Jorn Utzon, 

quien propuso un inusual diseño 

que cautivó al jurado y al pueblo australiano. 

Es así como nació la distintiva Ópera de Sydney, 

ubicada sobre la bahía en la península de Bennelong Point. 

Se trata de un gigantesco proyecto 

plagado de dificultades económicas 

y estructurales desde un comienzo, 

que puso a prueba a los más 

dedicados profesionales de la época. 

Fue edificado en tres etapas, entre 1959 y 1973. 

En la primera (1959-1963) 

se construyó el podio con sus cimientos, 

que constan de nada menos que 580 pilares 

instalados a 25 metros bajo el mar. 

En la segunda (1963-1967) se edificaron 

las bóvedas exteriores de la cubierta, 

para las cuales se usaron 27 mil toneladas de azulejos. 

Y, finalmente, en la tercera (1967-1973) 

se construyeron los auditorios interiores, 

que contienen 5 teatros 

con una capacidad total 

para 1.310.229 personas, 

además de cinco estudios de ensayo, 

dos salas, cuatro restaurantes, 

seis bares y numerosas tiendas de souvenirs . 

Se cuenta que la idea inicial 

surgió del entonces desconocido Utzon, 

de tan solo 38 años de edad, 

mientras pelaba una naranja y abría sus gajos. 

Con una altura de 67 metros, 

183 de largo y 120 de ancho, 

y debido a su original diseño 

-que parece un velero 

con sus velas desplegadas-, 

la imponente Ópera de Sydney 

es sin duda uno de los edificios 

más reconocidos del mundo. 

Aunque Utzon 

abandonó el proyecto en 1966 

debido a tensiones con el gobierno, 

y el edificio fue terminado 

por arquitectos australianos, 

la obra fue finalmente inaugurada 

por la reina Isabel II de Inglaterra en 1973, 

y declarada Patrimonio 

de la Humanidad por la Unesco en 2007. 

Hoy es la principal atracción turística de Australia.