No les ha pasado alguna vez mirar a otra persona de su misma edad ypensar que uno no se ve tan viejo?Bueno, lean la historia de esta mujer:Mi nombre es Alicia Martínez y estaba sentada en la sala de esperadel dentista para mi primera consulta con él.En la pared estaba colgado su diploma, con su nombre completo.De repente, recordé a un muchacho alto, buen mozo, pelo negro, quetenía el mismo nombre y que estaba en mi clase del secundario, como30 años atrás.¿Podría ser el mismo chico por el cual yo estaba secretamenteenamorada? Pero después de verlo en el consultorio, rápidamentedeseché esos pensamientos.Era un hombre pelado, canoso, su cara estaba llena de arrugas ylucía muy viejo como para haber sido mi compañero de clase.Después que examinó mis dientes, le pregunté si había asistidoal secundario en el Juan José Paso.¡Sí , sí ! Sonrió con orgullo.Le pregunté: ¿cuando te graduaste?Me contestó, en 1975. ¿Por qué me lo preguntas?Y yo le dije: ¡vos estabas en mi clase!El me miró detenidamente.....Y entonces eseFEO,CALVO,ARRUGADO,GORDO,CANOSO,DECREPITO,HIJO DE PUTA,ME PREGUNTÓ: ¿ PROFESORA DE QUÉ ERAS VOS?
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