Patricio Melero Abaroa
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/06/24/binominal-ni-prioridad-ni-camb.asp
Sorprende que la Concertación y lamentablemente algunos de nuestros aliados políticos pongan dentro de la primera prioridad de las reformas que deben hacerse en Chile el cambio del sistema electoral binominal. Nada puede ser más alejado de la realidad ciudadana que nos llama a resolver sus problemas reales.
El diagnóstico que el binominal produce un empate y una sobrerrepresentación de la minoría carece de evidencia empírica. Desde 1989 hasta la fecha, siempre la Concertación ha tenido una mayoría en la parte electa del Senado, incluso habiendo perdido la última elección senatorial del 2009. Siempre una mayoría de la Concertación en votos se ha reflejado en una mayoría en la Cámara de Diputados. Incluso han contado en tres ocasiones con el quórum de los cuatro séptimos para aprobar leyes orgánicas sin haberlo obtenido en las urnas. Si hoy no cuentan con mayoría en la Cámara, es porque su votación (comunistas incluidos) no superó el 45%. Tampoco la tiene la Coalición por el Cambio con una votación levemente inferior. El binominal ha repartido en forma pareja entre las dos mayores coaliciones una sobrerrepresentación en promedio del 9% de más escaños que votos, similar a lo que haría cualquier sistema proporcional.
La falta de representación es otro mito sin evidencia. De los 12 partidos políticos que participaron, ocho eligieron diputados en la última elección y quedaron representados en la Cámara. Además, fueron electos candidatos independientes. Los cuatro restantes no quedaron representados debido a su exigua votación que sumaba apenas un 2,17%.
La única crisis real de representatividad es la caída sistemática en su votación que sufre la Concertación en los últimos años. Están perdiendo las elecciones. Los derrotamos en alcaldes el 2008, en senadores el 2009 y en las dos vueltas presidenciales. Sin alcanzar mayoría sólo nos superaron por menos de 60 mil votos en la última de diputados habiendo incluido a los comunistas en su pacto. Le quieren hacer creer al país que siguen siendo mayoría sobre la base de encuestas, que muestran adhesiones a personas, conglomerados o gobiernos que son reflejos más de simpatías puntuales que de intención real de voto. Unos cuantos miles en las calles, que recurren a la violencia, no nos amilanan. La representación de la UDI está respaldada por más de un millón y medio de votos reales y concretos; nadie puede decir lo mismo.
Justifican que su menor representación parlamentaria es debida al binominal y no a la realidad de sus menores votos. Es por ello que siempre sus escasas propuestas de cambio incluyen un aumento del número de parlamentarios, para recuperar los cupos perdidos por falta de votos. Aumento de legisladores que el país rechaza mayoritariamente. ¿Es posible una propuesta proporcional manteniendo los 120 diputados? Por supuesto que sí. Si la Concertación no la presenta, es porque la rechazarían sus propios parlamentarios, debido al cambio de territorios electorales sin compensarlos con mayores cupos.
Los ex presidentes Lagos y Bachelet se han transformado en adalides del cambio del binominal, pero nunca en sus mandatos enviaron una propuesta concreta de cambio al Parlamento. Hoy siguen careciendo de propuesta y de autoridad moral para exigírsela a este gobierno. Bachelet convocó en su mandato a la Comisión Boeninger, pero no aceptó ninguna de las tres propuestas que le hicieron y tampoco las mandó al Parlamento.
El binominal no está agotado. Ha contribuido a la estabilidad democrática y a la gobernabilidad del país durante los últimos 23 años, y lo puede seguir haciendo también por los siguientes 23. Esa estabilidad les ha permitido a los últimos gobernantes alcanzar acuerdos relevantes con la oposición, al país crecer, prosperar y superar niveles de pobreza y ser un ejemplo de democracia en nuestro continente. Con todo, la UDI siempre estará abierta al diálogo sobre el tema. Nuestros argumentos son sólidos, claros y comprobables. Pero nuestros adversarios nos desafían sin ni siquiera tener una propuesta formal y consensuada de cambio, que el país conozca, que se pueda analizar y comparar con el binominal. Sólo hay retórica demagógica y propuestas aisladas de parlamentarios, sin el respaldo de sus coaliciones, que sólo aumentan el número de escaños y que no generan ningún cambio de relevancia.
Finalmente, un llamado a nuestros aliados de Renovación Nacional. Tenemos desafíos comunes mucho más importantes por delante para permitir que el binominal nos divida. Después de 50 años, la centroderecha ha tenido la opción de ser gobierno bajo el liderazgo de un militante de RN. Tenemos el deber de jugarnos por que este gobierno sea exitoso durante el resto de su mandato, ganar las elecciones municipales y llevar nuevamente a la presidencia a un representante de nuestras filas el 2013.
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