El primer combo



Seguramente del oficio que adquirieron
todos esos años antes de alcanzar fama mundial,
tanto en sus presentaciones en su Liverpool natal,
pero sobre todo en las interminables tocatas
en sus estadías en Hamburgo, 
los Beatles aprendieron lo importante 
que era dar el primer golpe bien dado
con el fin de tener en un puño a sus audiencias.

Siguiendo el dicho «There's no second chance 
to give a first good (bad) impression.»
(No existe una segunda oportunidad
para dar una buena (o mala) impresión).

Con el aporte de la sabiduría
de George Martin, se podría decir
que los Beatles alcanzaron 
una cierta maestría
en el oficio y el talento para
provocar dicho impacto inicial.

Bastaría recordar el primer acorde,
el 'guitarrazo' magnífico que queda
resonando por algunos instantes
antes de largarse con la interpretación
contagiosa del tema A Hard Days' Night.

Lo mismo ocurre con Help!,
o con la introducción de la guitarra
acompañada de la irrupción
de la batería del tema Drive My Car
con que se inaugura el álbum Rubber Soul.

Podríamos seguir agregando ejemplos
como con Taxman de Revolver
o con Sargent Pepper's...

Los Beatles siempre estaban probando
nuevas fórmulas con los que comenzar
sus canciones y sus discos.

Incluso en álbumes secundarios,
como Beatles for Sale,
el tema Eight Days a Week
surge como de lejos
en el que apenas se escuchan
los acordes de una guitarra
que a medida que aumenta
gradualmente el volumen
hasta plantarse delante de nosotros,
así como el avión que viene arribando
en Back in the U.S.S.R. del Álbum Blanco.

Puede ser que en los últimos discos,
aunque se sigue apreciando este cualidad
en muchos de sus temas, 
ya no era necesario probar nada, 
estaban en cierto sentido en ánimo
de emprender cada uno por su lado
y no estaban tan preocupados ya

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