Cómo comprarse ropa por internet y no perder el estilo en el intento

Moda y estilo
Sábado 19 de Mayo de 2012



Lorena Guzmán H.
Amazon, el gran sitio de ventas por internet, está apostando hace tiempo por la moda con sitios como MyHabit, pero ahora está llevando la idea al siguiente nivel. Contrató a tres personas sólo para probarse zapatos y así poder reseñarlos, y ésta es sólo una de las medidas.
Si antes se confeccionaba la ropa a medida para que quedara perfecta y luego aparecieron las producciones masivas que sólo permiten rogar para tener un cuerpo que quepa en esas prendas estándar, ahora existe una nueva forma de vestirse a la última moda y, en teoría, verse bien: comprar por internet en todo el mundo.
Aunque en países como Estados Unidos es una práctica bien establecida, en Chile las ventas por ese medio tienen que ver más con envíos a regiones o compras en el extranjero. Eso sí, la web se ha convertido en una plataforma para impulsar a nuevos diseñadores y microempresarios nacionales.
Costumbre extranjera
Pamela López se fue en 2009 a la Universidad de Columbia, en Nueva York (EE.UU.), a estudiar un máster en gestión cultural. Eran tantos los libros que tenía que comprar, y como el resto de sus compañeros los adquiría por Amazon, decidió aventurarse con las compras por internet.
Le fue tan bien que pasó de los libros a las entradas para el teatro, y de ahí a la ropa e incluso al supermercado. "Podía estar sentada en mi casa y comprar todo lo que quería", recuerda ya de vuelta en Chile.
Y efectivamente así es. Para el último black friday , el día de las grandes rebajas en EE.UU., por lo menos el 75% de los estadounidenses compró algo por internet.
Pamela cuenta que su nueva costumbre se inició cuando iba a una tienda y no encontraba lo que quería en su talla o color preferido. Entonces, volvía a su casa y lo compraba por internet. "Una de mis tiendas favoritas era de zapatos. Me probaba un par en la tienda y luego los compraba en línea porque salía más barato", cuenta. Así, además, se aseguraba que le quedaran.
Pero en Chile, asegura, es otra cosa. "No tengo ningún problema en dar los datos de mi tarjeta de crédito a una tienda en internet, pero no confío en el correo chileno. En EE.UU. los envíos funcionan perfecto, pero acá no", opina, asegurando que nunca ha comprado en tiendas locales.
Según datos del Indicador de la Sociedad de la Información (ISI), de la consultora multinacional Everis y la Universidad de Navarra, en Chile las compras online aumentaron un 40% en un año. Las ventas de ropa y zapatos están tímidamente apareciendo en las cifras.
Todo por el ahorro
La psicóloga Sofía del Solar es uno de los clientes que ayudan a engrosar ese porcentaje de las compras en el ciberespacio.
"Adquiero en internet mucho más que sólo ropa. Como no tengo demasiado tiempo, es una gran ayuda poder comprar hasta el supermercado", cuenta. "Confío en el sistema".
Recuerda que lo que la llevó a comprar ropa en línea fue la invitación a un matrimonio. "Fui a Alonso de Córdova a buscar vestidos, me probé y a los que me gustaron les miré la etiqueta. Luego los busqué en la web y terminé gastando 15 dólares en vez de 70 mil pesos", asegura.
Luego, debido a los viajes por trabajo y al uso de las casillas en Estados Unidos, empezó a comprar más seguido afuera. "Mi mamá también viajaba bastante y muchas veces me traía cosas que no me gustaban. Para evitarlo, al principio le imprimía las cosas que quería, pero luego las empecé a comprar por internet para que ella las trajera", recuerda.
El riesgo, dice, es el que corren todos los que se aventuran: no acertar con la talla. "Una vez me compré un vestido 'M' y me quedó mal porque mi tamaño era 'S'. Es el riesgo que uno asume al comprar por internet", dice resignada.
Para los que no les gusta la adrenalina de comprar a ciegas hay varios sitios, como fits.me, que muestran cómo quedan las prendas según la talla o entregan la conversión de las distintas medidas. Algunas tiendas también tienen probadores virtuales que funcionan con la imagen en 3D de distintas modelos a quienes se les pueden probar prendas de diferentes tallas y colores. Esto es muy útil cuando se necesita combinar un atuendo.
Aunque esté en etapa de prueba, la aplicación española "sizemenow" permite dar con la talla exacta de la clientela sólo con mandarle una foto de frente y de perfil y la prenda que se quiere comprar.
Muchas de las páginas tienen, además de las tallas, las medidas en centímetros. Una forma de saber si es el tamaño adecuado es medirse el propio cuerpo y comparar los números.
En general, las medidas estadounidenses suelen ser más grandes que las chilenas porque el espectro de cuerpos que tienen que cubrir es mucho mayor. Por eso generalmente un " medium de allá es un small de acá".
A Martha Ciraudo, relacionadora pública brasileña que vive en Chile, no le importa ese riesgo e incluso va más allá.
Hace unos cuatro años un ex pololo de Martha compró un repuesto para auto en eBay, uno de los sitios de subastas más populares del mundo. "No tenía idea que se podía comprar sin que cobraran absolutamente nada por mandarlo, así que probé con una polera y llegó perfecto", comenta.
Desde entonces tiene su cuenta y suele comprar de todo, eso sí que nuevo y con etiqueta puesta. A veces incluso lo hace con el sistema de apuestas.
"Lo más caro que he comprado ha sido un par de anteojos de sol de 400 dólares, pero he conseguido chalecos por 15 dólares. Incluso una vez me equivoqué y pedí una parka negra en vez de azul, y me di cuenta sólo cuando me llegó. Le expliqué al vendedor mi error y me dijo que no había problema para cambiármela", cuenta.
Respecto del riesgo de que le quedara mal, nunca le ha pasado: "Siempre compro cosas básicas y ya conozco las tallas", dice.
Desde el lado de la oferta
Además de convencer a los clientes de las bondades de comprar ropa y accesorios por internet, también hay un proceso de adaptación de quienes diseñan y venden. Jeff Bezos, el mandamás de Amazon, aseguró a The New York Times que están realizando una significativa inversión en la moda para convencer a las marcas top de vender sus productos a través del sitio.
Se trata de zapatos de mil dólares o bolsos de dos mil que en teoría tendrían una vitrina demasiado expuesta para mantener cierto grado de exclusividad. La solución que han encontrado es que tengan un límite de rebaja, es decir que no bajen de cierto precio.
Tanta vitrina también tiene otros bemoles. Australia acaba de prohibir que las marcas de ropa extranjeras que ofrecen sus productos por internet los puedan vender a muy bajo precio para que así no compitan en forma desleal con las marcas nacionales. Los clientes pierden descuentos, pero se protege a la industria.
En el extremo opuesto se halla Chile, que recién está incursionando en todas las bondades de la red, aun considerando el desastre del primer Ciber Monday, donde la mayoría de los sitios locales colapsaron por la alta demanda.
La nutricionista Tamara Mac-Pherson le debe su negocio a internet. Hace unos seis años y medio empezó a importar ropa hasta que nació oficialmente en Facebook Amanda Moda. "Al principio hacía dos ventas por semana, hoy hago unas seis por día", asegura.
Aunque son muchas las clientas que se van a probar, cuenta Tamara, las de regiones encargan por internet y mucho. Dos de sus seis ventas diarias provienen de fuera de Santiago.
Aunque la transacción presencial sigue siendo el fuerte, Tamara asegura que está todo el día conectada con sus clientas. "Me preguntan por tallas, materiales o la forma de compra. Siempre tienes que estar ahí para aconsejarlas y recomendarles lo que les queda".
Priscila Cornetto también cuenta que desde que empezó a diseñar ropa, hace tres años, siempre estuvo en internet. Sus clientas en su mayoría están entre 22 y 35 años, pero también tiene clientas mayores. Priscilla opina que internet es una forma más de vender sus productos y que, por ejemplo, le permite llegar a regiones de donde tiene muchos pedidos. Y que, además, la virtualidad no es un freno para el negocio. "Nunca he tenido un problema con una clienta por talla o porque no le haya gustado", asegura

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