por Mathias Klotz
Diario El Mercurio, Sábado 14 de Abril de 2012
Diario El Mercurio, Sábado 14 de Abril de 2012
http://blogs.elmercurio.com/viviendaydecoracion/2012/04/14/no-gracias-oscar.asp
"PC de V" es la confusa sigla que denomina al quizás mejor emplazado, proyectado y dotado centro cultural que nos heredó la administración anterior. Es el Parque Cultural de Valparaíso, que se construyó en los terrenos de la ex cárcel de esa ciudad; una obra terminada hace ya varios meses, resultado de un concurso público que ganó un grupo de jóvenes arquitectos.
Contrario a esto que debiera ser lo normal, en este caso el resultado surgió de un proceso reactivo a una propuesta nefasta, que sin duda hubiera arruinado la ciudad de manera incluso mayor a lo que provocó el edificio del Congreso Nacional. Todo comenzó cuando nuestra ex Presidenta aceptó muy alegre e ingenuamente un proyecto de Oscar Niemeyer "de regalo". Este generoso ofrecimiento del arquitecto brasileño de entonces 100 años de edad, vino acompañado de un nutrido contingente de familiares que viajó a Chile para recabar antecedentes y aprovechar, además, de ir a la nieve.
Luego de unos meses llegó el proyecto que consistía nada menos que en demoler lo que había y construir sobre la superficie de la mayor explanada horizontal que existe en los cerros de Valparaíso un edificio monolítico, carente de luz natural y coronado por un extraño cuerpo que contendría un teatro.
Por fortuna, la ciudadanía reaccionó y hubo una oposición férrea, contundente y transversal a los promotores de esta locura. Se aprovechó la presentación de la muestra de los 100 años de Niemeyer en el Bellas Artes para organizar un debate público: por un lado el MOP, representado por su entonces Directora de Arquitectura, junto a una experta brasileña en la obra de Niemeyer; y por el otro, un delegado de organizaciones sociales de Valparaíso y quien escribe. La discusión fue áspera y la postura del MOP intransigente. Luego vino un par de programas de televisión que mostró la belleza, importancia y potencial del lugar, en contraposición a levantar allí un elefante blanco. Sin embargo, y pese a la porfía de la Dirección de Arquitectura del MOP, ésta finalmente cedió y llamó a un concurso público, que fue adjudicado a Jonathan Holmes, Martín Labbé, Carolina Portugueis y
Osvaldo Spichiger.
Osvaldo Spichiger.
Pero aún no estaba todo resuelto, ya que el sistema de concursos del ministerio no es vinculante para los ganadores de un certamen. Esto significa que una vez jurado éste, comienza uno nuevo para desarrollar la arquitectura y construir el edificio, por lo que los ganadores debieron volver a participar de la mano de una constructora. Felizmente el equipo de arquitectos se unió a Bravo e Izquierdo y llevaron adelante la obra.
Gracias a esta cadena de hechos y al talento del grupo vencedor, es que Valparaíso cuenta con un magnífico Centro Cultural. Se trata de un sencillo aunque complejo volumen de hormigón visto, ubicado en el extremo sur del terreno. Dentro de éste una serie de espacios de trabajo y circulación en distintos niveles se entrelazan con la topografía del perímetro. La cubierta es una gran terraza que acoge los estacionamientos y funciona como mirador para los vecinos. Al centro, la explanada ha sido transformada en un parque que sirve de paseo y como área expositiva al aire libre. A un costado, el antiguo pabellón de presos se recicló y operan en él talleres, la cocina, salas de exposición, de trabajo y de ensayo.
Sólo falta que algunas calles aledañas se pavimenten y que el programa de actividades contemple la totalidad de su potencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS