La óptica inversa

por R. Rigoter

Diario El Mercurio

Domingo 15 de Abril de 2012

http://blogs.elmercurio.com/editorial/dia-a-dia/la-optica-inversa.asp

Producto del predominio del hemisferio norte, padecemos de una “inversión estacional” que nos hace celebrar la Pascua de Resurrección en otoño, cuando la naturaleza se aletarga en vez de renacer, y nos insta a hacer sacrificios cuaresmales cuando es verano y estamos de vacaciones. Quizás debiéramos instar por un calendario litúrgico adecuado a nuestro hemisferio, evitando así el bochorno de viejos pascueros asfixiados en tenidas invernales.

Pero también existe el fenómeno de la “óptica inversa” que se presenta con nuestros vecinos de allende los Andes, en cuyas tierras el sol surge por el mar y se oculta en la cordillera. Se trata de un espectáculo que nos descoloca, acostumbrados a contemplarlo desde esta otra perspectiva. ¿Qué hubiera ocurrido de haber estado situados a ese otro lado del escenario? ¿Habría influido en nuestra idiosincrasia?

Si bien nos privaríamos del espectáculo de las montañas iluminadas en el ocaso por el relumbrón de los últimos rayos del sol, o del de contemplar desde la playa las nubes coloreadas del crepúsculo, o de la posibilidad de avizorar el mítico “rayo verde”, ganaríamos con la visión de la luna llena emergiendo fantasmal y bañando de plata las espumas del mar.

O, quizás, nuestros poetas no habrían cantado al sol del atardecer diciendo: “No muere sin pagar, sin desangrarse./ No muere sin vivir su última gota de agua de mar salada,/ sin extender el debe y el haber de la existencia”.