Artículo correspondiente al número 322 (27 de abril al 10 de mayo de 2012)REVISTA CAPITAL
Hay incertidumbre, pero el mundo ya no se ve tan negativo como antes. ese es el diagnóstico de Fred Meller, director general de Santander Global Banking and Markets, quien será el anfitrión del la próxima Cumbre de Inversionistas de Santander GBM Y capital, que se realizará en mayo.
Por Antonieta de la Fuente; fotos, Verónica Ortíz.
Por Antonieta de la Fuente; fotos, Verónica Ortíz.
El mundo cambió en enero. Si el 2011 terminó con bajas expectativas y un escenario de incertidumbre manchado por la crisis europea en el 2012 el panorama se despejó. Y si a principios de año se pensaba que Chile crecería 4% y que habría que apuntalar la demanda interna, hoy todo indica que creceremos sobre esa cifra y que la inflación podría escaparse de las previsiones.
Así de sensibles y volátiles están las cosas en la economía mundial. Un escenario que el director general de Global Banking and Markets, Fred Meller, mira sin preocupación, pero con interés. “Está dinámico el mercado, no sé si somos maníaco-depresivos o qué, pero hemos pasado del negativismo al optimismo. Pero también hay que ver las cosas en contexto: estamos en una economía que está creciendo en torno al 5%, con pleno empleo, las cosas localmente pintan súper bien, con todos los ruidos que podamos tener”, dice.
-¿Qué pasó con los grandes temores que existían el año pasado? ¿Qué cambió?
-Europa en realidad está metida en un problema. En España la tasa de desempleo puede llegar al 25%. Pero para nadie era una sorpresa que los ajustes fiscales iban a tener un impacto en el producto y en la economía de los diferentes países europeos. Que Europa pueda entrar en recesión tampoco es una sorpresa. Por eso, lo que estamos viendo es lo mismo que vimos el año pasado, pero con perspectivas financieras de que habrá un paquete que debería estar implementado hacia mediados de año y que permitirá comprar deuda y blindar tanto a Italia como a España. Esos temas se van a ir concretando, pero las reformas en Europa habitualmente han sido más lentas que lo esperado.
-Entonces, a diferencia del año pasado, ¿hay más certezas?
-Hay temas que son evidentemente positivos. La llegada de Draghi al Banco Central Europeo le dio un cambio de tono. La política de haber entregado financiamiento a los bancos a tres años plazo creo que resolvió un tema de incertidumbre de liquidez importante en Europa y eso claramente fue uno de los principales elementos que impulsaron al mercado en la primera parte del año. Hubo un mundo antes de que Draghi actuara y se sacaran los financiamientos a tres años plazo, versus lo que estábamos viendo en diciembre.
-¿Sigue rondando el fantasma del aterrizaje forzoso de China?
- Todos hablaban del hard landing y las cifras de la semana pasada muestran que China creció un 8,2% versus un 8,5%. Son tres décimas y eso no es un tema de fondo. Desde mi punto de vista, cuando uno ve la evolución de los precios de los commodities o los elementos que son más fundamentales, inherentes a la actividad de Asia, en general el cobre sigue a 3,6 o 3,7 dólares, así es que si el mercado estuviera descontando un proceso de hard landing o un proceso de mayor desorden en Europa, una crisis más profunda, claramente no estaríamos viendo los precios que vemos hoy y las bolsas no habrían subido en la primera parte del año.
-Y sorpresas como lo que pasó el año con Grecia ¿pueden haber?
-El mundo cambió y yo creo que parte de la globalidad y lo que hemos vivido en los últimos años, no ahora, sino post Lehman, es que el mundo es mucho más sensible y más globalizado. Y por lo tanto, cuando en un hospital tienes más pacientes la fragilidad del sistema de salud es mayor. En consecuencia, un escenario de tensión en alguna de las variables tiene un efecto mayor, porque el paciente está en la UCI todavía.
-¿Qué escenario está viendo para el petróleo con los ruidos que hay en Medio Oriente?
-Si uno tuviera que identificar los escenarios de riesgo, un conflicto en Medio Oriente, que degrade los precios del petróleo y afecte negativamente la recuperación de la economía global es uno de ellos. Creo que es un ruido, pero también hay que acordarse de que la composición de la demanda del petróleo ha cambiado. Estados Unidos y Europa han disminuido su demanda por petróleo en las últimas décadas. En cambio las economías emergentes o China han estado aumentando su demanda. Claramente eso te puede generar un shock. Es difícil predecir los temas geopolíticos, pero en general los precios que están en el mercado son altos.
Productividad y energía
-Chile ha tenido a aparecer más bien blindado contra todas estas cosas ¿Cómo lo ve para adelante?
-Para nosotros es crítico el precio de los commodities y eso independientemente de lo que suceda, tiene dos elementos: cómo están la economía interna y la externa. Desde el punto de vista externo, el año pasado claramente no hubo un precio de crisis. Desde lo interno, la economía tuvo una excelente performance. Cuando el mundo en general está cuestionado con economías que se están desacelerando y en Chile estamos creando empleo, con una demanda interna fuerte, con mucho dinamismo, al final, independiente de las expectativas, los fundamentos de la economía priman.
-Pero de todas maneras hubo ruidos el año pasado. Demandas sociales, el caso la Polar... ¿Afectó esto la visión de los inversionistas?
-El tema de La Polar fue un tema. Siempre habíamos sido la joyita de la corona, no habíamos tenido un fraude corporativo importante... y sucedió. Dos o tres años atrás, cuando tenías un call de research con inversionistas extranjeros, los temas eran la visión macroeconómica o la visión de la compañía. Y eso cambió por temas como La Polar.
Hoy, entre las preguntas está la visión respecto del tema político-social, qué pasó con La Polar, por qué pasó, sin existe algún tema con los reguladores. También hubo muchas movilizaciones, lo cual, independientemente de que exista una institucionalidad en el país y que éste esté creciendo, sí genera un cuestionamiento de los analistas de decir acá están pasando cosas que antes no pasaban, pero son cosas propias de un país que está en vías de desarrollo.
-¿Qué escenario local visualiza para el resto del año?
-Vemos una economía chilena que va a crecer entre un 4,5% y un 5% este año, casi en pleno empleo, con cuentas fiscales súper sólidas, con superávit de ahorro por parte del gobierno central: las cuentas netas del país son positivas. Tenemos todo para seguir creciendo y lo importante es preguntarse qué cosas tenemos que hacer para consolidar este crecimiento.
-¿Qué nos falta?
-Si producimos cobre lo que deberíamos hacer es tratar de producir el cobre más barato del mundo, que es productividad, y yo creo que por ese lado claramente hay desafíos. El catastro de inversiones mineras al 2020 es cercano a los 100 mil millones de dólares, pero lo que es evidente es que, para desarrollar esos proyectos, hay tres componentes que son clave: energía, agua y recursos humanos. Hoy día el costo marginal de la energía está en cerca de 200 dólares el MW/hora, cuando en Estados Unidos está en torno a 30, en Canadá en torno a 20 y los costos a largo plazo aquí en Chile en los proyectos lo evalúan como en 100 megas. La energía es un insumo para cualquier proceso productivo; por lo tanto, hoy día sí Chile tiene un tema respecto a la energía y a la capacidad que tenemos ahora, dado que el crecimiento de la demanda energética claramente nos va a generar un problema.
Otro tema es deben acelerarse proyectos de concesiones. Me llama mucho la atención que los propietarios de muchas concesiones son fondos extranjeros y las AFP chilenas no participan de esto. Y creo que el capital semilla, los fondos de private equity, también van a tener que ir desarrollándose y una buena opción es que participen las AFP. Tenemos que pasar a una siguiente etapa de desarrollo del mercado de capitales.
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