El Séptimo Zarpazo Argentino


MARTES 17 DE ABRIL DE 2012


Cuando yo era niño, años 40, Argentina era otra cosa. Mis padres iban casi todos los años, hablaban maravillas y traían objetos desconocidos para los chilenos y muy buenos. El padre Carlos Rodríguez, que nos hacía Religión en el colegio, pero hablaba mucho de política, decía que Argentina iba a ser una de las cuatro grandes potencias del futuro, junto con Estados Unidos, Rusia y Australia. Gobernaban unos militares que tenían nombres tan raros como "Edelmiro Farrell". Las películas argentinas eran técnicamente similares a las norteamericanas, con actores que parecían norteamericanos.

En sexto año de humanidades hicimos el viaje de curso a Buenos Aires. Perón había gobernado ya seis años y la opinión predominante de la clase fue que Argentina iba cuesta abajo. Uno de los mejores alumnos del curso, cuyo padre era muy informado, nos explicó que Perón había empezado a expropiar cosas pagándolas caras y haciendo que funcionaran mal, como los ferrocarriles, que se los compró a los ingleses. Siempre pensé, perdonando la expresión, que con Perón se jodió Argentina. Y sigo pensando igual, pero...

Muchos años y muchas crisis después volvió el peronismno al poder. Y yo empecé a vaticinar que Argentina se iba a volver a ir al diablo, pero siempre me equivoqué.

Primero les dieron un zarpazo a los depositantes de los bancos y el gobierno se quedó con sus dólares ("el corralito"). Yo anuncié el colapso argentino. Luego Kirchner, como buen peronista, simplemente no pagó la deuda externa, un segundo zarpazo. Volví a anunciar el colapso, pero éste tampoco llegó. Luego el tercer zarpazo nos tocó a nosotros: Kirchner incumplió el tratado gasífero y cerró la llave que nos abastecía. Y se salió con la suya, pues no pasó nada, salvo que a nosotros nos subieron el gas y la electricidad. Después, cuando se le volvían a acabar los dólares de anteriores zarpazos, vino el cuarto: se apropió de los fondos previsionales, como cuarenta mil millones. De nuevo anuncié el colapso, pero tampoco pasó nada. Entonces, cuando se le volvían otra vez a terminar los dólares, vino el quinto zarpazo y les subió los impuestos a los exportadores de soya, que se alzaron en pie de guerra. Pero entonces el precio de la soya en el mundo se multiplicó por cuatro y los agricultores tuvieron demás para pagar los impuestos y todavía ganar mucha plata, de modo que se olvidaron del asunto. El sexto zarpazo se lo dieron al Banco Central, echando al presidente ortodoxo y poniendo uno peronista, kirchneriano y cristinista, que los dejó meter mano en las reservas. Pero de nuevo les empezaron a escasear los dólares, así es que el séptimo zarpazo se lo han dado a Repsol, la petrolera española que controlaba YPF. Y de paso afectarán a nuestra ENAP, que había tenido la mala idea de invertir allá 300 millones de dólares.

Pero yo ya no vaticino ningún colapso, sobre todo porque dicen que este último atraco ha sido el más afortunado de todos: Repsol había descubierto enormes reservas de petróleo (22.807 millones de barriles) entre Neuquén y Mendoza, lo que permitirá convertir a esta operación en "el robo del siglo".

Los argentinos, como siempre después de que dan un zarpazo, están felices y celebran. Si bien yo ya no digo nada, Argentina hoy es otra cosa, muy distinta de la que vaticinaba el padre Rodríguez o de la que admiraban mis padres. Tanto que hoy Chile es mejor en todo, salvo en que los habitantes de allá son más civilizados que los de acá. Pero aparte de eso, casi nada les funciona, tienen billetes inmundos, deben venir a comprar acá, hacen cola para poner bencina y cualquier papeleo burocrático allá es un desastre.

Entonces se quedarán con Repsol, pero no habrá colapso y seguirán todos tan felices como lo estaban con Perón, cuando fui con mi curso allá, en 1952, y casi por unanimidad dictaminamos que en ese preciso tiempo "se jodió Argentina".

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