La nota que Luis XVI escribió el día de la toma de la Bastilla decía “rien” (nada). Nada, porque no había cazado un ciervo esa mañana... Creo que estamos llenos de personas igualmente “colgadas” de lo que realmente ocurre, concentradas en sus mundos individuales o en su éxito económico y social. Mientras tanto, hay signos inquietantes de deterioro en la convivencia y muchos episodios que debieran hacernos pensar sobre el futuro.
Por ejemplo, en regiones ciertos grupos cuestionan la unidad nacional, hasta el punto de sostener que los recursos naturales no pertenecen a la nación, ni siquiera a la región, sino a una específica comuna. El debate sobre el aborto parte con filigranas verbales acerca de la vida de la madre, pero luego de 18 horas de discusión, al verse que los proyectos fracasarían, los senadores de izquierda mostraron la mano: quienes se oponen al aborto son hipócritas que quieren proscribir el “disfrute sexual”. Es decir, aborto igual a buena vida. Y último caso: la líder del movimiento en favor de la educación gratuita y de calidad proclama ahora que es Fidel quien fija la hoja de ruta. Así, nos vemos de vuelta en los años sesenta.
Me permito preguntar: ¿habrá personas interesadas y observadoras? La mejora económica que impulsa el Gobierno es real, pero no cambiará para mejor lo que ocurre en la esfera cultural y política. Es curioso, pero los hipermercadistas se compran en paquete las tesis marxistas pre Gramsci. En crudo dicen “la gente vota según el bolsillo”. ¡Qué perdidos andan! Se aproximan tres elecciones importantes para orientar (no determinar) el futuro y, sin embargo, grandes capas de la ciudadanía sensata siguen en el limbo, las mismas que opinan airadas: ¡Cómo puede ser esto o lo otro! ¿No habrá nadie capaz de “pararles el carro”? “Hay que, hay que...”.
Quienes se esfuerzan desde la derecha en articular una política, lo hacen contra la corriente cultural liberal socialista que predomina. Es presumible que el 2012 verá otros desafíos no electorales, ni siquiera propiamente ciudadanos, y por eso es necesario despertar, sacudir, animar a tantos que creen que todo sigue igual o mejor, especialmente las capas de profesionales jóvenes. Los quietistas se equivocan y están dejando pasar la mejor oportunidad que nuestro sistema republicano ofrece para mejorar el ambiente, enfrentando las próximas elecciones con más información, más estudio, más recursos y mejor gente. ¿Por qué están ausentes los que tienen mejores razones para mirar al futuro?
Quienes están en el Gobierno hacen mucho, pero está a la vista que no basta. Es la base cultural de la sociedad libre la que está siendo socavada y esa base se fortalece sobre todo desde abajo hacia arriba con la acción de muchas personas en sus propias esferas. ¿Dónde están los más favorecidos en su acción de servicio público?
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