Maestro de la novela breve




por Pedro Gandolfo
Diario El Mercurio, lunes 26 de marzo de 2012

Lo leí y disfruté hasta "Sostiene Pereira" (1994), novela hermosa, escrita con esmero y delicadeza, pensada con finura, pero en la que se insinúa un fermento de debilidad, como si un poderoso movimiento de su alma estuviera comenzando a succionar su visión creativa sin minar en absoluto su talento. Lo volví a leer -ya como crítico- en el conjunto de relatos "El tiempo envejece de prisa" (2009), que me parecieron, en general, muy poco atractivos y, lo que es más decepcionante, escasamente me recordaron al Tabucchi de "La dama de Porto Pim", "Nocturno hindú", "Pequeños equívocos sin importancia", "La línea del horizonte", "El juego del revés", "El ángel negro" y "Réquiem".
Antonio Tabucchi fue un maestro del relato corto y de la novela breve (o cuento largo) y usaba la síntesis narrativa, la economía del lenguaje, en la dirección contraria al "minimalismo": con poco -en breve líneas- creaba atmósferas abiertas, amplias y complejas, insinuaba, sugería, echaba a correr la imaginación del lector, acumulaba resonancias no conclusivas, sorprendía, era agudo y preciso, pero en nada obvio. Tabucchi en ningún caso escribió prosa lírica, pero con su comprimida y inusual forma de estructurar sus relatos - el hilo de la historia pierde importancia o se deshilacha sin conmociones- alcanza una escritura imaginativa, sutil en las observaciones, inteligente y ligera en la reflexión como ocurre, quizás de manera insuperada por el mismo, en "Nocturno hindú" y "La línea del horizonte".
Su amor por Fernando Pessoa constituye una de las amistades literarias más poderosas, conmovedoras y creativas de que se tengan registro. Desde que en París, siendo joven, cayó en sus manos un ejemplar de "Tabacaria", lo leyó incesantemente, lo tradujo, lo estudió, lo enseñó, escribió sobre él, aprendió el portugués, se hizo, de algún modo, lisboeta. A veces podría pensarse que el proyecto de Tabucchi fue -ni más ni menos- que convertirse en otro heterónimo del gran portugués.
 

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