....pasada de revoluciones





Bocas y bocazas

por Antonio Gil
Diario Las Últimas Noticias, jueves 23 de febrero de 2012

Aparentemente, 
ni la gélida ola polar
que azota a Europa 
ha sido capaz 
de enfriarle el cacumen 
a nuesra inefable y agraciadita
Camila Vallejo durante su 
afiebrada gira por el viejo continente.

Entrevistada por alguna prensa española,
la chiquilla ni se arrugó antes de disparar
a quemarropa el siguiente escopetazo:

"El pueblo tiene derecho a combatir
en masa la violencia estructural
que existe en la sociedad.

Y nosotros nunca hemos descartado
la posibilidad de la vida armada,
siempre y cuando estén las condiciones" 
[¿de ganarla?].

Pero como las tonteras 
nunca vienen solas,
aquí el eco le tocó en suerte
hacerlo al honorable senador
de la UDI Hernán Larraín,
quien rasgó vestiduras,
se tiró los pelos 
y hasta (imaginamos)
se revolcó por el polvo,
en un exagerado despliegue escénico,
voceando un llamamiento
groseramente retórico:
"Emplazamos a todos
los partidos políticos a definirse.
¿Quiénes están por rechazar
la vía armada a todo evento?
O ¿quiénes la aceptan
bajo ciertas condiciones?".

¿Esperaba sinceramente el senador Larraín
que alguien levantara el dedito?

¿Que algún político embolinado
se le metiera en la jaulita?

¿Qué falta hacía, senador,
armar tanta zalagarda,
cuando hasta santo Tomás de Aquino
y hasta san Agustín le podían
dejar bien claro el puntito?

Que la cabrita ande
medio pasada de revoluciones
y se haya llevado para leer en el avión
unos amenos cómics de Lenin
o Rosa Luxemburgo, eso
no lo vamos a poner en duda.

Pero ¿es tan importante 
lo que diga o deje de decir
nuestra querida ninfa roja?

Con mucho respeto, 
nos parece, senador.
que existen problemas
más urgentes
para hacer el gasto de saliva.

La inminente vuelta,
tras unas merecidas vacaciones,
de los activistas estudiantiles
y sus aguerridas huestes
es un tema que debería tener
a la autoridad con disentería.

En Aysén, por su parte,
la cosa está que arde,
y eso que nuestra Pasionaria
(a la que usted, senador Larraín,
le sirve de corneta amplificadora
y, por ende, de comparsa)
anda a cientos de miles de kilómetros
de ese castigado territorio 
tan mal amado por Chile.

Marisol Martínez,
la alcadesa de Puerto Aysén,
que no es precisamente el Che Guevara,
ha afirmado públicamente:
"Tenemos que luchar,
como lo hizo Magallanes,
para conseguir respuestas
a nuestras demandas".

Que Camila Vallejo  
comience a teorizar
con la ayuda de manuales 
descuadernados
y desempolve versículos 
de la vieja jerigonza marxista leninista
no tiene a nuestros ojos,
importancia alguna.

La cabra anda tratando
de aprovechar al máximo
sus quince minutos de fama,
por el camino equivocado quizá,
pero su derecho a ponerle color
no se lo puede quitar nadie,
y menos cuando la llevan
por el mundo convertida
en la Britney Spears
de esta nueva izquierda latinoamericana
con olor a pis de llama
y ritmo de zampoñas.

Entre tanto, bien haría
nuestra querida derecha local
si cerrara la boca un rato,
para variar un poco,
y ponerse a trabajar por Chile
"a todo evento".

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