EL OBSERVADOR URBANO



Hacia un Santiago de calidad mundial 
El nombre del autor
por Miguel Laborde
Diario El Mercurio, sábado 25 de febrero de 2012

New Love / Morir un Poco / Álvaro Covacevic / Los Momentos de Gatti/ Parque de Américo Vespucio / Parque Juan XXIII, Ñuñoa, etc...


Los lugares se nos graban en el imaginario cuando podemos relacionarlos, vincularlos, con hechos de nuestra vida, con personajes, con algo...
Los que trotan por el parque de Américo Vespucio, por ejemplo. No están en el Hyde Park, ni en el Central Park, pero su experiencia podría ser más completa si conocieran a su creador y las dificultades que vivió para darle valor a ese espacio. Es obra del arquitecto Álvaro Covacevich quien, además paisajista, se interesó en "la revolución de las flores" y filmó la película New Love, versión chilena del fenómeno sesentero. El torso desnudo de la hermosa adolescente -Josefina Ladrón de Guevara- protagonista de una escena del film que fue afiche célebre, es símbolo de una época; entre sus admiradores estuvo un joven Eduardo Gatti quien, cuando compone Los momentos, en la "silueta triste y dormida" y también en "sus ojos grandes", se refiere a ella.

Esa capacidad de Covacevich de hacer historia, desde la vanguardia, también la dejó configurada en Las Condes. El área verde de la Circunvalación Américo Vespucio, concebida en años amantes del duro hormigón y las mega-estructuras, iba a ser provisoria en sus bordes. En cuanto aumentara el tráfico, iría disminuyendo para dar espacio a más pistas, pero su creación paisajística creció y el vecindario se apropió de ella. Hoy, a pesar de la congestión a ciertas horas, a nadie se le ocurre sugerir un ensanche de calzadas a costa de ella. A estas alturas es un patrimonio de Las Condes.

Entre sus obras, el Parque Juan XXIII, el mejor de Ñuñoa, en el que grabó la última escena de su película Morir un poco, no ha tenido la misma vigencia. Tiene muchos visitantes, el acceso desde Irarrázaval es oportuno -la Casa de la Cultura-, recorre el corazón mismo de la comuna, y el vecindario (luego de medio siglo) le tiene enorme aprecio. Pero los antiguos recuerdan un tiempo cuando las innovaciones de Covacevich en este lugar, como la cascada, las piletas de mosaicos acuáticos azules y verdes, los juegos con forma de grandes animales (jirafa, tortuga, cocodrilo y ballena) creaban un sorprendente espectáculo. Se conserva bien el parrón metálico, suerte de túnel vegetal para avanzar hacia el sur bajo su fresca sombra, pero el anfiteatro y su mural ya no son protagónicos.

Varias comunas, por la tendencia municipal de ofrecer espectáculos al aire libre, han debido construir parques; otras los desean ansiosas. Ñuñoa tiene lo tiene aquí y de calidad; solo le falta más mantenimiento para que se haga visible como el gran pulmón de esa comuna, símbolo de una época y de un equipamiento para la clase media que, entre torres residenciales (villas) rodeadas de áreas verdes, se postulaba ideal para densificar la ciudad. Parque original en todo sentido, los vecinos inmediatos tienen acceso directo y su propia llave para ingresar.
La última idea de Covacevich fue la de crear un museo de interés mundial junto al Palacio de Gobierno. En el camino el proyecto cambió por completo, luego del concurso para crear el actual centro cultural bajo la Plaza de la Ciudadanía, pero se debe a este arquitecto el impulso original de darle espacio en La Moneda al arte y la cultura.

IDEAS

En 2007, Covacevich propuso celebrar el Bicentenario construyendo en Valparaíso el Faro de la Humanidad, un complejo de tres edificios: un Acuario Interoceánico, el Pabellón de la Antártica y un faro con un planetario en su cima.

1 comentario:

  1. Cuando uno ve ahora "El Artista", película muda y casi sin texto, valora más lo hecho por Covacevich con Morir un Poco, donde no hay texto, pero la imagen lleva por el relato y las emociones. Cine en su más pura esencia.

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